NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

ESPANYOL

Un ascenso sin desfibrilador

Con cuatro jornadas aún de margen ha sellado el Espanyol su retorno a Primera, la mayor holgura de sus cinco experiencias en Segunda. Ahora van a por el título.

ZARAGOZA, SPAIN - MAY 08: Espanyols players celebrates the promotion to the first division league during the Liga Smartbank match betwen Real Zaragoza and RCD Espanyol at La Romareda on May 08, 2021 in Zaragoza, Spain. Sporting stadiums around Spain remai
Eric AlonsoGetty Images

Casi tan anunciado como lo fue la temporada pasada la bajada a los infiernos, materializado a falta de tres jornadas para el final y después de haber salido solo una semana de la zona de descenso, ha sido esta vez el retorno a Primera División para el Espanyol, que tenía tan claro su objetivo, su deber, que ha puesto la directa hasta alcanzarlo matemáticamente a falta todavía de cuatro jornadas para que concluya el campeonato en LaLiga Smartbank. El objetivo ahora es el título. Ser campeones.

Se trata de la mayor de las ventajas en las cinco temporadas que el club perico ha pasado en Segunda a lo largo de su extensa historia. Tras la visita al Real Zaragoza, le quedaban otros 12 puntos en juego –en casa contra Cartagena y Tenerife, fuera ante Ponferradina y Alcorcón– para volver a la elite, pero no los necesitará. Acaso sí para coronarse como campeón. Ese fue el puesto con el que concluyó en su tránsito por la categoría en la campaña 1993-94. Entonces, el ascenso matemático se dio cuando restaban otras tres jornadas, que el Espanyol de José Antonio Camacho, por cierto, contó por derrotas.

Mucho más épicos, por no decir agónicos, fueron otros ascensos. Relativamente pacífico resultó el de la temporada 1969-70, pues cuando los pericos golearon al Elche Ilicitano (7-0) todavía tenían una jornada de margen. Pero taquicárdicos fueron los de los cursos 1962-63 y 1989-90.

En el primero de los casos, y tras terminar segundo, necesitó el Espanyol un partido de desempate en su promoción frente al Mallorca –2-1 en Sarrià y en Palma–, que se jugó en el Bernabéu y que se solventó con un gol de Manuel Idígoras a un cuarto de hora para el final.

Casi tres décadas más tarde, y también en una promoción igualadísima, se llegó a los penaltis en La Rosaleda tras acabar 1-0 los dos partidos, y tras una tanda interminable se resolvió con un histórico lanzamiento de Alberto Albesa. Sobre la bocina entonces, con holgura en la actualidad. La cuestión es volver a Primera. Y no caer de nuevo.