Morales: "Mi hija me preguntó, ¿ya no somos del Espanyol? Sí, claro, eso siempre"
El ex jugador y ex responsable de la gestión económica del fútbol base repasó sus 'batallitas' con De Lucas y Tamudo y su marcha del club este verano.
En dos etapas, Ángel Morales ha sido una de las caras más conocidas y amables del Espanyol en los últimos 25 años. Miembro de la Quinta de la Intertoto junto a otros ilustres como Raúl Tamudo o Quique de Lucas, fue jugador de 1996 a 2005 (con un paréntesis de dos años) y, posteriormente, se ocupó desde 2012 de la gestión económica del fútbol base aprovechando sus estudios. Este verano, fue despedido después de que no aceptara una contundente rebaja de sueldo. De eso y de mucho más habló con naturalidad, y un fino sentido del humor, en el programa Perico Que Vola.
"Hay unos cambios y ajustes de presupuesto, y me tocó a mí. Fue una negociación que llevé con Durán, con quien tuve cuatro o cinco reuniones. Les dije que lo hiciéramos a partir de octubre. Los motivos que me dieron fueron económicos, pero entiendo que no. Espero que con mi recorte el presupuesto se equilibrara...", dijo en tono jocoso. Explicó Morales una anécdota cuando llegó a casa después de despedirse del Espanyol. "He intentado separar el club con mi decepción con algunas personas, pero soy de los primeros que quería el ascenso. Encadenar dos años en Segunda implica cambios internos. Recuerdo que mi hija pequeña me preguntó si seguiamos siendo del Espanyol o no. Le dije que sí, claro, eso siempre".
En una de las secciones del programa conducido por Álex Pérez y Brian Domínguez, Morales tuvo que señalar a los culpables del descenso a LaLiga SmartBank (apuntó a Rufete) y de su despido (que en este caso el señalado fue Josep Maria Durán), también señaló como responsable de la mala gestión del Femenino al presidente, Chen Yansheng. "Siempre dejaré abierta mi puerta en el Espanyol, aunque ahora me encantaría hacer algo similar a lo que hacía en el Málaga, que es donde vivo".
De la contabilidad nocturna a la butifarra en Montjuïc
Morales jugó 143 encuentros en el primer equipo del Espanyol y fue uno de los jugadores más queridos, aunque también atravesó por sus momentos de frustración. Uno de ellos fue en la temporada 2002-03 con Javier Clemente en el banquillo, cuando le dedicó una butifarra a los aficionados por el runrún que generaba su juego. El mediocentro se explicó en PQV: "Ese día me tocó antidoping y recuerdo de salir con el periodista Javier de Haro para disculparme. Clemente me ponía de lateral y me decía que debía jugar allí aunque sabía que no estaba cómodo. Para ser lateral debes ser rápido, pero yo no lo era. Había murmullo en la grada. Y en ese partido ante el Villarreal hubo silbidos. Marcó Toni Velamazán un centro mío. Y me salió hacer la butifarra". Una situación que la recuerda ahora con diversión.
También lo fue su anterior etapa en el filial, liderando la Quinta de la Intertoto con jugadores como Alfred Argensó, Quique de Lucas o Raúl Tamudo. Morales explicaba también algunas salidas nocturnas de los jóvenes pericos. "Estás en un filial, las cosas nos iban bien. Se salía cuando se podía, los domingos, los jueves. Yo nunca salía dos días antes del partido. Pasé de jugar la vida en el campo del Orihuela a ganar un derbi como capitán en el primer equipo", comentó, mientras que apunta que ya en aquella época le iban los números. "Yo era el que recogía el bote de las noches para gastar".
Morales fue testigo de los años de entre Copas, donde en el Espanyol jugaron futbolistas de talla mundial como Paulo Sousa ("era mi ídolo"), Alain Boghossian (solo jugó un encuentro al estar "siempre lesionado") o Moreno Torricelli ("en los primeros 20 minutos de cada entrenamiento no paraba de quejarse, pero luego era un gran competidor").