Cita agridulce para Guerrero
El delantero del Rayo jugará su primer partido oficial frente al Leganés tras su paso por Butarque. Allí fue idolatrado y puesto en duda en dos etapas distintas.
Miguel Ángel Guerrero se reencontrará hoy con el Leganés. Será la primera ocasión en la que el delantero de Borox juegue frente a los blanquiazules en competición oficial después de haber defendido su camiseta en dos etapas tan diferentes como convulsas. Un vaivén de sensaciones que hoy se tornan argumentos para impulsar al Rayo hacia una necesidad perentoria. En Vallecas no sirve otra cosa que el triunfo frente al enemigo del sur para retornar a Primera.
Fue en esta categoría en la única en la que Guerrero se puso el escudo del laurel. Y lo hizo tantas veces (66) que es el séptimo futbolista en cuanto a partidos oficiales con el Leganés en la élite y el sexto goleador de su historia entre los mejores (diez dianas). La última la embocó hace casi un año.
El 16 de julio de 2020, en San Mamés, Guerrero se enfundó la capa de superhéroe y regaló esperanzas entre una parroquia pepinera con la que mantuvo siempre una relación de amor-odio. Su gol en la catedral al Athletic abrió el 0-2 con el que los blanquiazules se sostenían en la fe de mantenerse justo antes de la última jornada, ésa en la que el 2-2 frente al Real Madrid les hizo morir en la orilla.
Curioso. El que le hizo a los leones fue el único tanto de Guerrero en su segunda etapa como delantero del Leganés. Sólo uno que pudo valer como cien y que habría servido como redención frente una afición que lo criticó como a pocos futbolistas de su propio equipo. Ya le llovieron palos en sus primeros años en Butarque, pero el asunto se hizo especialmente intenso desde su vuelta en el mercado invernal del año pasado.
Un retorno desagradable
Fue un regreso inusual, marcado por la salida convulsa de En Nesyri al Sevilla. Los 20 millones que el Sevilla pactó pagar por el marroquí hacían pensar que habría una fuerte inversión para fichar un recambio de campanillas, pero la única alternativa factible acabó siendo un Guerrero que en el verano de 2018 se fue de Butarque entre desagradables tensiones.
El club y el delantero pactaron una renovación por tres temporadas que, cinco días después de acordarse, saltó por los aires. Guerrero fichó finalmente por el Olympiacos entre acusaciones cruzadas del Leganés y el agente de Guerrero, Pepe Mesas, ex capitán de los pepineros. Tal fue la guerra de aquellos días, que incluso el Leganés emitió un comunicado contra el representante. El primero y único que ha hecho jamás.
Las relaciones volvieron luego a la normalidad, pero lo embarrado de esa despedida hizo mella en la percepción que tenía la afición de Guerrero.
Los números contra la mala fama
Esa misma parroquia que dos años antes lo recibió con los brazos abiertos y que celebró sus habituales goles con la zamarra pepinera. En su debut (campaña 2016-2017), Guerrero firmó cinco dianas y fue el segundo artillero del equipo sólo por detrás de Szymanowski (8). En la siguiente temporada hizo cuatro goles y también fue segundo máximo realizador sólo por detrás de Gabriel.
Su rol de ariete más propenso a conectar desde la mediapunta que a rematar jugadas y ciertas malas rachas de cara a portería le hicieron valer un sambenito que lo castigó cuando volvió a Leganés año y medio más tarde. Ahora se reencontrará con muchos de los que fueron sus compañeros y con el entrenador con el que más y mejor jugó en Primera. Garitano le sacó partido como pocos. El que ahora Iraola pretende exprimirle para devolver al Rayo a Primera División.