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ALMERÍA

Ramazani o la baza del diablo

El ex del Manchester United vuelve a dar un triunfo anímico al Almería. La verticalidad del joven jugador belga, clave para Rubi.

Almería
Razamani, durante el partido disputado entre Tenerife y Almería.
JUAN GARCIA CRUZDIARIO AS

A pesar de tener una participación anecdótica ante el Oviedo, a Largie Ramazani se le esperaba. Y apareció en Tenerife para dar un triunfo vital al Almería, que vuelve a la senda del triunfo seis jornadas. El joven belga representa esa verticalidad que busca Rubi, pieza diferencial entre tanto juego combinativo del Almería, siendo un plan B que no es de extrañar que se convierta en A más pronto que tarde, sumando con el de ayer tres tantos en liga y uno en Copa, dos de ellos fundamentales en el plano anímico.

Ramazani llegó el pasado estío a Almería con apenas 19 años después de expirar su contrato con el Manchester United. Con el máximo de años posibles en el contrato (firmó hasta 2025), la entidad indálica le hizo ficha con el filial para no perder ritmo competitivo con minutos en Tercera División, pero desde un primer momento entró en dinámica del primer equipo. José Gomes le dio la oportunidad debutar la tercera semana de octubre ante el Fuenlabrada, aunque no terminó de apostar por él, en parte por su trabajo defensivo.

Ya a principio de noviembre materializó un gol clave, el que supuso el triunfo en el descuento en Sabadell. El Almería vencía así después de ser incapaz de hacerlo ante un Girona de ocho y con ese triunfo ante el cuadro arlequinado los de Gomes comenzaron en su mejor racha de la temporada, con seis triunfos consecutivos. El menudo extremo (1'67 metros de altura) participó en 16 encuentros de liga y en cuatro de Copa a las órdenes del preparador portugués, pero en la competición doméstica sólo en Sabadell, ante el Mirandés, Lugo y en Butarque fue titular, sin terminar de derribar la puerta y siendo una opción C.

De hecho, ha jugado seis encuentros en la cuarta categoría del fútbol español, viendo portería en cuatro de ellos. Ayer demostró que tiene nivel suficiente para actuar en Segunda, ofreciéndole diferentes alternativas a Rubi, partiendo desde la banda, pero moviéndose cual verso libre también por el centro. Con su amigo Appiah en el Lugo, en Sabadell se asoció a las mil maravillas con Sadiq, asistiéndole el nigeriano en el gol. El técnico de Vilasar de Mar agitó el banquillo en el segundo acto en busca de una mayor verticalidad con Juan Villar y el propio Ramazani, mostrando ambos que están dispuestos a tirar del renovado carro rojiblanco.