No es un partido cualquiera
El conjunto grana necesita la victoria para seguir con vida y no caer a la cuarta categoría ante un filial que está en la misma situación.
El Real Murcia afronta una jornada más con dos posibilidades: llegar a la última jornada con opciones, mínimas, de clasificarse para Primera RFEF o caer definitivamente a Segunda RFEF. Los números, la dinámica, del cuadro de Loreto, y anteriormente de Adrián Hernández, dicen que tarde o temprano llegará el varapalo, pero en las últimas jornadas se ha ido evitando. Quizá sea este domingo, porque ni los tres puntos aseguran no perder la categoría si el Sevilla Atlético gana su choque frente a la UD Tamaraceite.
Loreto tiene a todos los hombres disponibles y en su convocatoria ha puesto de manifiesto la nefasta planificación deportiva de la entidad. Dos de los fichajes invernales, que llegaban para dar un salto de calidad, no han viajado: Mendes y Ripoll, tampoco el canterano Palazón que tuvo problemas físicos durante las últimas semanas. Para visitar al Cádiz CF B, el técnico espera que no se repitan los errores defensivos que han costado varios puntos durante todo el año y especialmente en la segunda fase.
El Real Murcia necesita los seis puntos que restan por disputar para tener alguna opción de Primera RFEF. Pero el objetivo es complicado, teniendo en cuenta en esta segunda fase únicamente ha ganado un partido (en la ida al Cádiz CF B y en el último minuto), empatado otro y perdido dos. El filial amarillo, en la misma situación que los de la capital del Segura, quieren pelear también hasta el final.