EL PROTAGONISTA DE LA JORNADA 36
Puado, de las calabazas al Madrid a una renovación prioritaria
El atacante, que estuvo atado por el Castilla en 2017, ha explotado en el Espanyol, más allá de su 'hat-trick', y en la Sub-21. Club y agente se emplazaron a hablar tras el ascenso.
En 13 minutos y 13 segundos irrumpió Javi Puado en los titulares de la jornada. En las miradas del planeta fútbol. Es el tiempo que empleó, el pasado sábado, en anotar un 'hat-trick' ante Las Palmas que, además, deja al Espanyol a las puertas del ascenso a Primera División. Allí donde el canterano jugará sí o sí la próxima temporada. Así que la prioridad de todos los actores de esta trama consiste en definir el futuro de un atacante que se ha revelado en este primer cuatrimestre de 2021 y que finaliza contrato en un año.
Trató de anticiparse el Espanyol a su más que probable eclosión cuando, hace tres meses, presentó una oferta para renovarlo a sus representantes, quienes emplazaron al club a retomar las conversaciones una vez se hubiera logrado el objetivo, es decir, el ascenso. Una respuesta lógica. El temor desde el punto de vista perico son los cantos de sirena, movimientos bidireccionales entre representantes y clubes, que tras sus extraordinarias actuaciones, puedan estar llegando en este periodo. Con lo que sí cuentan a favor, a priori, es con la buena predisposición de Puado a seguir vistiendo la camiseta del Espanyol. Y, probablemente, con la intención de quitarse la espinita de no haber podido aún brillar como blanquiazul en Primera División, donde debutó hace dos temporadas con Joan Francesc Ferrer 'Rubi' y llegó a disputar 15 partidos, pero sin trascendencia.
No en vano, el camino de Puado ha dado muchos volantazos hasta este 2021 de unánimes elogios. Firmó por el Espanyol en 2014, procedente del Cornellà, y rápidamente pasó al Juvenil A. Y de ahí, al filial. Pero en la temporada 2016-17 sufrió una grave lesión del ligamento cruzado. Ni eso lo detuvo: en junio renovaba hasta 2022, su actual contrato, y unas semanas después Quique Sánchez Flores se lo llevaba a la pretemporada del primer equipo, con el que anotó su primer gol –en Olot– y, a sus 18 años, llamó tanto la atención del Real Madrid que su cesión para el Castilla estuvo hecha. Anunciada incluso oficiosamente.
Fue el entonces entrenador del Espanyol B, David Gallego, quien llegó a afirmar a finales de agosto de 2017 que "el jugador ha llegado a un acuerdo con el Madrid". Y, realmente, fue el propio club perico, y más concretamente su presidente, Chen Yansheng, quien truncó, seguramente bien aconsejado, un préstamo con opción de compra de cuatro millones.
No cabe duda de que haber crecido con un padre futbolista –Francisco Puado llegó a debutar en Primera con Osasuna hace 30 años, y militó también en Salamanca, Sant Andreu, L'Hospitalet o Vilassar–, le ayudó a entender rápidamente que la carrera de un deportista no sería un camino de rosas. Aun con ficha profesional, y tras el estreno con Rubi, precisamente Gallego no contó con él la pasada temporada y, por consejo del actual director deportivo, Francisco Joaquín Pérez Rufete, accedió a marcharse cedido –esta vez, sí– al Real Zaragoza.
En La Romareda empezó a despuntar, con cuatro goles y una asistencia, pero sobre todo con los minutos y el desparpajo que necesitaba un atacante que empezó en punta, que conecta perfectamente como mediapunta y que en las bandas se mueve con inteligencia y se sacrifica defensivamente. De Zaragoza regresó otro Puado, y el descenso del Espanyol hizo el resto para que, con la llegada de Vicente Moreno, pasara de descarte a sentirse cada día más importante.
Ahora lleva la friolera de diez goles y seis asistencias, la mayoría logrados en este 2021 que le sonríe. Tanto, que en la primera liguilla de la fase final del Europeo Sub-21, disputada el pasado mes de marzo, no solo fue convocado, sino que actuó como titular en los tres encuentros –ante Eslovenia, Italia y República Checa–, marcó un gol y lideró la vanguardia de una Selección española que contará con él indiscutiblemente en la segunda y definitiva fase. Y quién sabe si para los Juegos Olímpicos de Tokio. Para entonces, en principio, ya se habrá resuelto su destino. El de la camiseta que vestirá, porque el suyo personal pinta muy bien esté donde esté.