Bebé equilibró la locura de Vallecas
El Rayo se adelantó con gol de Saveljich, pero el colista dio la vuelta al partido con un penalti de Álvaro y una contra de Fuster. Bebé hizo el 2-2 para los locales, que estaban con uno menos.
Siempre hay alguien que aprovecha la oportunidad. No fueron Rayo ni Albacete, pero sí quienes andan metidos en sus respectivas batallas. El Girona ya pisa los talones a los franjirrojos —se sitúa a 2 puntos— y quienes pelean por la salvación ven hundirse, cada vez más, a los manchegos. Saveljich adelantó a los vallecanos, que se complicaron la vida por partida doble, con penalti y expulsión. Álvaro Jiménez empató y los locales tuvieron que afrontar la última media hora con uno menos, situación que aprovechó Fuster para culminar una contra y la remontada. Sólo Bebé consiguió evitar un descalabro mayor...
Y eso que el partido pintaba bien. Sin tiempo para pestañear, el Rayo ya mandaba. Trejo celebró su cumpleaños ‘invitando’ a Saveljich en el 1-0. El Chocota botó una falta que el central cabeceó al fondo de la red libre de marca. El VAR dictaminó que, por centímetros, no había fuera de juego. Soplaba viento a favor para los madrileños, aunque la travesía iba a trompicones, por la revisión del gol y los problemas de Ocón Arráiz con el pinganillo, los mismos por los que se había retrasado alrededor de ocho minutos el comienzo del duelo.
Los vallecanos casi se encuentran con el 2-0, por un mal despeje de Jean Jules que le cayó a Antoñín y obligó a intervenir a Tomeu. De nuevo hubo que parar el cronómetro por la lesión de Óscar Valentín. Y tras eso, Ortuño (allá por el 24') compareció con un testarazo que detuvo sin problemas Dimitrievski. Los manchegos lo intentaban a balón parado, una fórmula que le dio los tres puntos en la primera vuelta, aunque esta vez no funcionaba. También probaron a la contra, con idéntico resultado. La Franja tuvo otra ocasión a imagen y semejanza de la del primer tanto. Trejo teledirigió otra falta a la cabeza de Mario Suárez, cuyo remate se perdió ligeramente desviado.
El Rayo le hincó el diente a la segunda parte como hizo con la primera. Olisqueó un despiste defensivo de Gorosito, que tuvo tiempo para redimirse y terminó taponando el tiro de Antoñín. El colista mantenía el guion, fiando sus acercamientos a los contraataques —Fuster mediante— y la estrategia, pero sabía que debía dar un paso al frente. Así es como se fraguó la sorpresa. Mario Suárez midió mal, cometió penalti sobre Álvaro Peña y su tocayo (Álvaro) Jiménez no falló. Dimi adivinó el lado del disparo, pero no pudo detenerlo
Mazazo doble para los franjirrojos: 1-1 y un jugador menos con media hora por delante. Ahí es cuando Iraola echó mano de los cambios para hacerse con la posesión y reanimar a su equipo, que entró en parada. Una pérdida en la medular puso en bandeja una contra para el Albacete y Fuster, asistido por Carlos Isaac desde la derecha, anotó el 1-2. Todo parecía perdido y en esas irrumpió Bebé para iluminar el camino. El portugués bajó el esférico con el pecho y fusiló a Tomeu con un derechazo dentro del área. En el caos y la desesperación reinó pai, el extremo que hace posible lo imposible.
Aún hubo tiempo para más: Álvaro Jiménez mandó la sentencia a las nubes y Tomeu desbarató un tiro picado de Qasmi. Esta nueva oportunidad expiró para Rayo y Albacete, abocados a sufrir por sus objetivos de aquí al final. Porque entre el cielo y el infierno está el purgatorio...