MVP alevín, fichaje estrella del Barça y ahora... en sexta división alemana
Dennis Krol compartió vestuario con Thiago o Bartra después de brillar en los torneos alevines de Navidad. Ahora, se pelea en los humildes campos en Alemania.
Entre mazapanes y turrones y descanso de los jugadores más élite del fútbol mundial, aparecen en la televisión decenas y decenas de jóvenes prometedores, los nuevos Iniesta, Messi o Raúl en su día, que ahora se transformarán en Haaland o Mbappés. Muchos de ellos acaban encontrando un nuevo destino, porque el torneo les pone en otro horizonte. Es el caso de Dennis Krol, un talento del Bayer Leverkusen que fue nombrado MVP y acabó fichando por el Barcelona. Nada de eso garantiza, por supuesto, un futuro de éxito. A día de hoy, juega en la sexta división alemana. Cómo son las cosas.
Muchos MVP's de LaLiga Promises se quedan por el camino. Pero en su caso todo apuntaba al estrellato. Su estelar actuación hizo al Barcelona presentar una oferta por él. No lo pensó y pasó a vivir en La Masía con el fin de ser un profesional en años posteriores. Compartió vestuario con, nada más y nada menos, que Thiago Alcántara, Marc Bartra, Tello o Oriol Romeu. La generación del 91 que ahora ya impone su fútbol a nivel mundial. Sin ir más lejos, el primero ha sido el fichaje estrella del Liverpool este verano tras ganar la Champions la pasada temporada en el Bayern de Múnich.
En su día se hablaba de Krol como un futurible del primer equipo. Era muy técnico, de mucha calidad y con bien golpeo de media distancia. No solo era un centrocampista creador, también tenía condición física que le permitía abarcar mucho campo y ser fiable defensivamente. Le definían como inteligente dentro del terreno de juego y, sobre todo, un adelantado a su edad. Llegó a Can Barça en 2005 y cuatro años más tarde hizo de nuevo las maletas rumbo a Leverkusen. Volvía a casa con la esperanza de destacar.
Su club de origen le dio la posibilidad de jugar con el filial, donde poco a poco se fue apagando su chispa. Ahí comenzó un periplo algo turbulento, con viajes continuos de un lado a otro. Sin continuidad ni rendimiento. Pasó por el filial del Dusseldorf, por el Wuppertaler, por el Hilden, por el Mettmann, por el Heiligenhaus y, por último, por el Wulfrath, ahora en sexta categoría. A sus 30 años, es consciente de que ya solo podrá vivir el fútbol como pasión, pero lo sigue disfrutando como el primer día. Una historia más de todos aquellos chavales que sueñan con ser los mejores y que el tiempo les apaga la llama. Del estrellato, pero no de la pasión. Y Krol sigue siendo el mismo apasionado del fútbol que aquel pequeño talento de LaLiga Promises.