Iago Aspas y Murillo firman la salvación virtual del Celta
Los vigueses tienen doce puntos de ventaja sobre el descenso cuando quedan quince en juego. Osasuna puso emoción al tramo final con un gol de Torres.
El partido comenzó con un importante contratiempo para el Celta, la baja por lesión de su capitán Hugo Mallo. En su lugar entró Kevin, quien fue el protagonista de la primera acción reseñable. El lateral enganchó una buena volea desde fuera del área y únicamente le faltó ajustar algo más el punto de mira para poner a Herrera en un aprieto. El dominio celeste en la primera mitad fue constante y fruto de ello llegó una clara ocasión para Santi Mina. El delantero vigués definió bien, pero el balón se estrelló con el poste.
Y a la tercera fue la vencida. Precisamente cuando el Celta había levantado algo el pie del acelerador y en un saque de banda a favor de Osasuna cerca del área contraria, se gestó el tanto de Iago Aspas. Nolito robó en la frontal del área, combinó con Mina y éste entregó el esférico al moañés para que hiciera el resto. Aspas se plantó dentro del área y ante un viejo conocido como Roncaglia, firmó un gol marca de la casa. Amagó con golpear con la zurda, lo hizo con la derecha y batió a Herrera.
El mal primer tiempo de Osasuna provocó que Arrasate moviera ficha en el descanso. Es más, movió tres fichas y el resultado fue más que satisfactorio. Los navarros despertaron y no tardaron en poner al Celta contra las cuerdas. Brasanac obligó a Villar a emplearse a fondo y después Roncaglia no supo aprovechar un mal despeje del cancerbero local. Respondieron los vigueses con otra contra vertiginosa, en la que Nolito vio puerta, pero las líneas del VAR determinaron que el sanluqueño se encontraba en fuera de juego por unos pocos centímetros.
Osasuna siguió insistiendo y a punto estuvo de encontrar el empate en un cabezazo de Budimir tras un gran centro de Manu Sánchez. Sin embargo, fue el Celta quien golpeó de nuevo. Denis puso un extraordinario balón al corazón del área en un saque de esquina y Murillo remachó con el alma. Lágrimas en los ojos y dedicatoria al cielo.
El tanto del colombiano daba la sensación de ser la puntilla, pero Osasuna consiguió meterse en el partido gracias a un penalti propio del fútbol moderno. Roberto Torres transformó la pena máxima que él mismo había provocado y el duelo se puso al rojo vivo. Sin embargo, los rojillos se quedaron sin gasolina en el tramo final y apenas crearon peligro a Iván Villar. El triunfo deja al Celta virtualmente salvado, con doce puntos sobre el descenso con sólo quince en juego.