El 'informe de los 3.000 minutos' condiciona a Zidane
El cuerpo médico del Madrid maneja estudios sobre lesiones que justificaban el reservar a Benzema y Kroos en Getafe pese a jugarse la Liga. Zizou tiene jugadores al límite muscular.
Zidane no suele ofrecer detalles del momentum físico de la plantilla para no dar pistas a los rivales. Pero ya no ha podido ocultar la evidencia. Las lesiones se acumulan, los futbolistas tocados se multiplican y el tramo de la temporada obliga a echar más carbón a la caldera si cabe. "Estamos al límite", avisó tras el Clásico. Contra el Getafe no le quedó otra que rotar a Kroos y Benzema porque están efectivamente sobre el alambre de la resistencia muscular. "Tenemos que ir con cabeza", insistió el marsellés tras el 0-0 con el Coliseum. Hay un motivo.
En diferentes estudios, que vienen estando en manos de los cuerpos médicos de los clubes de élite desde hace una década, se estima que cuando los futbolistas superan 3.000 minutos en alta competición, el riesgo de una lesión muscular por fatiga se incrementa más de un 30 por ciento. La variable para medirlo es analizar la CPK, una enzima llamada creatinfosfo-kinasa que se mide en la sangre y sirve de baremo para comprobar si hay agotamiento muscular y por tanto riesgo de rotura o microrrotura de fibras. Si los niveles se disparan, es síntoma de sobreesfuerzo.
Hay cinco futbolistas de campo que han superado ya esa barrera de los 3.000 minutos de juego con el Madrid y sus selecciones. La mayoría, ampliamente. Se trata de Varane (3.835', baja por coronavirus), seguido de Modric (3.733'), Mendy (3.379'), actualmente lesionado, y por detrás vienen Kroos (3.373'), Casemiro (3.346') que rotó forzosamente contra el Geta por sanción y Benzema (3.103'). El salto en exigencia hasta el siguiente, el lesionado Lucas Vázquez (2.780'), es apreciable.
Kroos, entre mantillas
Para Zidane ir con tiento es esencial para medirse al Chelsea. De aquí a que se centre en preparar el partido de vuelta en Stamford Bridge (5 de mayo) tendrá antes cuatro partidos (Cádiz, Betis, la ida ante los Blues y Osasuna) en doce días. Cualquier lesión muscular en ese tramo dejaría al futbolista en cuestión sin tiempo material de recuperación en plenas puertas de decidir el pase a la final de Estambul. Por eso y porque estaba tocado, Kroos no saltó al césped del Coliseum aunque el Madrid estaba atascado en el 0-0 y Zidane optó por hacer debutar a un futbolista del corte del alemán, el castillista Antonio Blanco. Rotaciones obligadas, como la de Benzema, aunque Karim sí jugó los últimos 25 minutos porque el fuelle de Mariano, que sumaba 50 días sin ser titular, no daba para más.
Un escenario que obliga a milagros casi médicos como el de Modric, que sólo sufrió una contractura en diciembre (seis días de baja), ha sido titular en 15 de los últimos 16 partidos y tuvo que sostener al improvisado centro del campo contra el Getafe con Asensio, Isco y Rodrygo de ayudantes. El croata desmiente los 35 años de su pasaporte gracias a la intervención de un gurú de la preparación física. Pero lo suyo es un caso inusual. Este Madrid está al borde de sufrir aún más lesiones. Otro reto más, casi de funambulista, para Zidane en una temporada que no para de obligar al técnico marsellés al más difícil todavía.