Medio Racing comienza a preparar la visita al Ebro
Solabarrieta trabaja solo con diez jugadores, mientras que doce contínuan confinados hasta el jueves y solo dispondran de tres sesiones antes del partido
Sobraba césped por todos los lados. Solo diez futbolistas ocupaban esta mañana los cuatro campos de las Instalaciones Nando Yosu. Los diez jugadores que tiene Aritz Solabarrieta con capacidad de salir de sus domicilios: Lucas Díaz, Ceballos, Mantilla, Gerson, Nana, Riki, Traver, Pablo Torre, Cedric y Bustos. El resto de la plantilla, con la excepción del operado Villapalos, están confinados cada uno en su casa hasta el próximo jueves. Pablo Andrade, que resultó positivo por COVID y los que el Gobierno de Cantabria consideró contacto directo suyo: Iván Crespo, Óscar Gil, Matic, Isma López, Íñigo, Martín Solar, Soko, Cejudo, Camus, Jon Ander y Capanni. En principio, salvo golpe de efecto de última hora (nada descartable dado lo vivido en el inicio de este confinamiento), toda la plantilla podrá entrenar junta el jueves por la tarde.
Con tan pocos jugadores, obviamente es imposible poder diseñar un trabajo táctico mínimamente aplicable en el partido del domingo ante el Ebro. El técnico racinguista optó por una sesión en busca de mantener el estado físico del grupo, la chispa y, además, que los jugadores no se aburran a la espera de la vuelta de sus compañeros. Rondos, posesiones y ejercicios de remate para algo menos de hora y media de entrenamiento. Los que permanecen confinados han recibido por correo electrónico los trabajos a realizar cada día, aunque se ha preferido no hacer trabajo simultáneo, dirigido vía Zoom por el preparador, para molestar lo menos posible la vida familiar de cada casa. Cada futbolista elige la hora del día en la que cumple con el plan de preparación que ha recibido.
El que ha sufrido una matinal más exigente desde el punto de vista físico ha sido el portero, Lucas Díaz. Si ya normalmente los guardametas acaban muy castigados en cada entrenamiento, el gallego ha tenido hoy a Pedro Dorronsoro, el entrenador de porteros, solo para él ante la ausencia de Iván Crespo. Normalmente, son dos o tres los cancerberos que comparten entrenamiento y eso les permite recuperarse, entre serie y serie, mientras les toca el turno a sus colegas.
Las noticias que llegan de los domicilios de los confinados alimentan el optimismo. Ninguno de los que Salud Pública ha identificado como contactos directos del lateral carioca ha manifestado la aparición de ninguna sintomatología que permita sospechar que son portadores del fatídico coronavirus. Si todo discurre con normalidad, Solabarieta podrá elegir para medirse al Ebro entre 21 futbolistas, todos los de la plantilla, menos Villapalos, operado, y Álvaro Bustos, que deberá cumplir un partido de sanción por acumulación de amonestaciones.
Un semana atípica
