NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

INGLATERRA

Jorginho, de vivir con monjes y cobrar 20 euros a la semana al estrellato

El centrocampista se ha convertido en clave con Thomas Tuchel y ha demostrado que rendirse no entra en su vocabulario. Su pasado ha sido el mejor de los entrenamientos.

Actualizado a
Jorginho, con el Chelsea.
KIRSTY WIGGLESWORTHAFP

Jorginho es uno de los grandes tantos que deben apuntarse a Thomas Tuchel desde su aterrizaje en Stamford Bridge. El centrocampista había perdido, bajo el ala de Lampard, la importancia del pasado, llegando a acumular cinco partidos sin minuto alguno en la Premier entre noviembre y diciembre. Con la llegada del ex del PSG todo cambió. En el estreno del de Krumbach ante el Wolverhampton (0-0) ya le dio el partido entero. De hecho, de los doce partidos ligueros, en diez ha aparecido el italobrasileño en el once inicial, restando minutaje a un otrora indiscutible Kanté.

Ahora, a sus 29 años, es indiscutible, pero es consciente de que la crítica siempre estará ahí. "Todo el mundo tiene una opinión y no siempre estoy de acuerdo con ello, pero la respeto. Me motiva trabajar duro y hacerlo mejor para demostrar que están equivocados. A veces me siento despreciado, pero no me frustra. En estos momentos vivo un gran momento personal y colectivo, pero no podemos relajarnos, hay que seguir empujando", se sincera en una entrevista concedida al Daily Mail.

Como bien reconoce, en ocasiones siente haber sido el chivo expiatorio y el runrún del traspaso siempre está ahí, pero eso no le ha hecho perder la cara a la temporada. En el momento más importante del curso, con las semifinales de Champions ante el Madrid y el esprín liguero final en el horizonte, pisa con firmeza. Con 37 es el futbolista que mayor número de entradas exitosas ha realizado desde el cambio de técnico y el tercer mayor pasador del equipo (1.101 pases), por detrás de Azpilicueta y Kovacic.

Estadística avanzada de Jorginho.
Ampliar
Estadística avanzada de Jorginho.BeSoccer Pro

Quizá sea el camino pedregoso que ha debido recorrer el que le ha hecho desarrollar esa resiliencia. Todo comenzó a los 14 años, cuando entró en una academia en Brusque tras dejar su Imbituba natal. "Allí estuve dos años y fue la época más complicada. Éramos 50 adolescentes, entrenábamos por las mañanas y por las tardes e íbamos al colegio por las noches. Fue muy duro. Algunos compañeros se marchaban a Italia y pensé que no podía dejar escapar esa oportunidad", contextualiza.

El papel de su familia fue clave para dar el paso. "A veces teníamos que comer la misma comida durante tres días. En invierno no había agua caliente en las duchas. Un día mi madre vino a visitarme, vio el lugar, que era horrible y estaba sucio, y me dijo: 'Te vienes conmigo, haz la maleta y vámonos (...). No quiero decir que era una mierda, pero lo era y me había acostumbrado a ello. Le dije: 'Mama, es mi oportunidad, no me voy a ir porque el baño esté sucio". Pero su madre se negó en rotundo, algo que la hizo abandonar llorando la academia ante la negativa de su hijo a marcharse.

Maria Tereza Freitas es la culpable del talento de Jorginho para el fútbol, pues fue una exitosa futbolista amateur. "Mi padre normalmente se enfada cuando digo esto", cuenta sonriente al Daily Mail. "Mi padre era malo al fútbol, jugó de portero. Mi madre era la que tenía talento, pero él me ayudó en otros ámbitos", matiza. "Me preparo mentalmente y me hizo ver lo duro que sería".

Vida en un monasterio por 20 euros semanales

Poco después cambiaría el rumbo de su carrera y se marcharía a Italia, a la cantera del Hellas Verona. Y allí, lejos de comenzar un cuento cargado de rosas, el destino siguió poniendo trabas a su evolución. "Había un lugar para los monjes y otro para los chicos de la academia. Dormíamos seis en la misma habitación durante año y medio y nos pagaban 20 euros a la semana", explica. Y es que en la ciudad de Romeo y Julieta vivió en un monasterio. El salario, como cuenta, estaba lejos de las titánicas cantidades que se embolsan algunos chicos de la edad que tenía por aquel entonces. Eso sí, solo tiene palabras amables para su etapa entre monjes: "Nos trataron de manera increíble y siempre con respeto".

Sin embargo, el sueño seguía lejos y llegó a plantearse dejar el fútbol. Hasta que Rafael Pinheiro, ahora portero del Spezia y por entonces en el Verona, hizo acto de presencia. "Me vio (en un entrenamiento con el primer equipo), con 17 años, y vino a hablar conmigo después del entrenamiento y dijo, '¿qué haces aquí, cuál es tu situación?'. Se lo conté y se volvió loco. Decía que no era correcto que estuviera viviendo solo, sin mi familia, por solamente 20 euros a la semana".

Una conversación cambió su carrera

El guardameta indagó e intentó que su situación cambiase, pero Jorginho llegó a sentirse explotado y llamó a su madre: "La llamé llorando y diciendo que quería dejarlo y volver a casa (...). Quería estar cerca de mis amigos porque había estado fuera demasiado tiempo y sentía que no podía confiar en nadie más". Pero recibió un 'no' por respuesta y, esta vez, Maria Tereza Freitas no consintió la réplica de su hijo: "Has pasado por muchas cosas, comido la misma comida todos los días, sin agua caliente, y ahora, por un tema de dinero, ¿te quieres rendir? Ni hablar. ¿Entrenas con el primer equipo y te quieres rendir? No te dejaré hacerlo".

Esa negativa le hizo seguir luchando. "Gracias mamá, gracias papá por el papel que habéis jugado en mi carrera", dice en la entrevista. En el Hellas Verona se hizo hombre y su buen hacer le llevó al Napoles en 2014. La llegada de Sarri al Chelsea, su gran valedor, le hizo cambiar Italia por Inglaterra en 2018, 57 millones de euros mediante. Tres años después ha vuelto a saltar las vallas que Stamford Bridge tenía preparadas y Jorginho está listo para luchar. Eso que lleva haciendo desde que abandonó Imbituba con 14 años.