Melamed, un genio anda suelto
Su golazo al Leganés arrima al Espanyol a Primera, igual que su diana en Anduva lo cambió todo: pleno de victorias y 11 puntos sobre el Almería en solo cinco jornadas.
Nada de lo que obra es intrascendente. No hay más que ver lo que han supuesto para el Espanyol los cuatro goles –y tres asistencias– que Nico Melamed lleva en Segunda. Pero, por encima de todos, los dos últimos. La impresionante volea con la que este pasado domingo celebró su vigésimo cumpleaños, que dio la victoria ante el Leganés, ha sido una de las dianas más celebradas del año. Y el cabezazo, pese a sus 173 centímetros de estatura, con el que estableció el empate 'in extremis' en Anduva, hace justo un mes, la que menos se festejó con diferencia. Pues resulta que ambas han prendido la mecha de un ascenso que acarician los pericos.
"Yo venía de casa convencido de que iba a meter gol y de que íbamos a ganar sí o sí, y así fue", expresa un Melamed exultante, que en cuestión de horas pasó de soplar las velas de su aniversario en la intimidad de su burbuja familiar a recibir los parabienes, primero de sus compañeros y de Vicente Moreno, y después, de miles de pericos. "La felicidad es máxima", admite, aunque recuerda: "No está nada hecho aún". Nadie mejor que el canterano para saberlo. Cuando él marcó hace cinco jornadas, en el minuto 95 del Mirandés-Espanyol, encadenaban los blanquiazules tres jornadas sin ganar y abandonaban la zona de ascenso directo. Aquel gol, al que nadie más allá del vestuario dio importancia por lo delicado de la situación, lo cambió absolutamente todo.
Sacudió el 2-2 de Melamed al equipo, que recuperó la ambición, a un cuerpo técnico que introdujo modificaciones para mandar en los partidos, y pasó el Espanyol de marchar tercero –dos puntos por encima del Leganés, a uno del Almería y a cuatro del Mallorca–, a escaparse como líder destacado, al enlazar cinco victorias y sumar, en solo cinco jornadas, siete puntos más que los bermellones y 11 más que rojiblancos y pepineros.
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La buena estrella de Nico Melamed no es casual. En su debut en Segunda, en la cuarta jornada ante el Sabadell, tardó una docena de minutos en anotar el gol de la victoria (0-1). Semanas después, en Cartagena, le bastaron 14 minutos para empatar y para asistir a Raúl de Tomás en el tanto del triunfo. Contra el Castellón, en la jornada 21 en Cornellà, partía como titular y metió el 1-0 a los siete minutos. Y en Castalia, asistió para que Sergi Darder convirtiera el 1-2. Partiendo desde el banquillo llegaron los goles providenciales contra Mirandés y Leganés de un futbolista que ya no promete, porque es toda una realidad. El futuro es suyo.