La autodestrucción del mejor Bayern
El Bayern es un polvorín y va camino de autodestruir todo lo que construyó a lo largo de estos últimos años.
Han pasado tan solo dos meses desde que el Bayern de Múnich se proclamase el segundo equipo en la historia del fútbol que se alza con el sextete. Supuso el mayor logro en la laureada historia de un conjunto alemán que, a día de hoy, también atraviesa una de las mayores crisis institucionales jamás vividas en el sur de la República Federal. Cuesta creerlo, sobre todo teniendo en cuenta la imagen de unidad que transmitió el Bayern cuando pasó por encima del FC Barcelona en la pasada edición de la Champions, pero una lucha de poder lo ha cambiado todo. El Bayern es un polvorín y va por el mejor camino de autodestruir todo lo que construyó a lo largo de estos últimos años.
Hansi Flick y Hasan Salihamidzic son los protagonistas de una película sobre enemistad que se está haciendo eterna en el Allianz Arena. Opiniones contrarias en cuanto a la planificación, faltas de respeto en el autobús del equipo (según el diario Bild, el míster mandó a “cerrar el pico“ al director deportivo) y las ganas de la federación alemana de convertir a Flick en sucesor de Joachim Löw tras la Eurocopa han causado un terremoto en el Bayern que, según el mito muniqués Lothar Matthäus, ya “no se puede arreglar“. Las consecuencias se palpan sobre el terreno de juego: en la Champions tiene que remontar un 2-3 en el Parque de los Príncipes y en la Bundesliga volvió a dar emoción a la lucha por la ensaladera tras el reciente empate a uno ante el modesto Unión de Berlín.
Este tipo de culebrones internos fueron los que, en un pasado, provocaron que medios nacionales apodasen al club “FC Hollywood“. Parecía que habían quedado atrás los tiempos en los que Jürgen Klinsmann y el propio Matthäus se atacaban públicamente o Franck Ribéry agredía a un periodista, pero todas estas anécdotas se quedan en nada comparadas con la guerra interna que está viviendo el club en el presente. Sobre todo teniendo en cuenta que, esta vez, son los jugadores los principales afectados. “Algo más de tranquilidad no estaría mal“, advirtió el capitán Neuer después de las tablas frente al Unión, su compañero Thomas Müller agregó: “Lo que está cayendo sobre nosotros desde fuera es completamente innecesario“. Gritos de auxilio por parte de leyendas vivas a las que duele más que a nadie el momento que atraviesa el club de su corazón.
La relación entre Flick y Salihamidzic parece insalvable. El último en atacar fue Flick, quien dejó claro recientemente que su plantilla actual es “cualitativamente inferior“ a la del curso pasado. Salihamidzic, por su parte, obvió preguntas sobre el futuro de Flick y sigue sin pronunciar que será técnico más allá de verano y a pesar del presunto interés de la Mannschaft. Eso sí, sus jugadores sí se posicionan a favor de Flick. “Hansi es el mejor entrenador posible para nosotros. Los éxitos son prueba de ello“, subrayó Neuer. Karl-Heinz Rummenigge, director general del hexacampeón de Europa, también lo respaldó públicamente al dejar claro que no está en venta a final de temporada. Aun así, el incendio es incontrolable. Y amenaza con poner punto y final a la época más dorada del Bayern antes de lo que se podía pensar hace apenas dos meses.