El Bayern no levanta cabeza
Tres días después de caer de la manera más cruel por 2-3 ante el PSG en la ida de cuartos de la Champions, el todocampeón no pasó de un empate a uno ante un rocoso Unión de Berlín.
El Bayern de Múnich sigue sin despertar de la pesadilla. Tres días después de caer de la manera más cruel (disparó 31 veces a puerta) por 2-3 ante el PSG en la ida de cuartos de la Champions, el todocampeón no pasó de un empate a uno ante un rocoso Unión de Berlín que vuelve a poner la Bundesliga al rojo vivo. La victoria paralela del RB Leipzig frente al Werder Bremen a domicilio (1-4) sirvió al conjunto de Nagelsmann para recortar a cinco puntos la diferencia con respecto al Bayern en lo más alto de la tabla. Se vienen seis jornadas de lo más apasionante en Alemania.
Se notaron las ausencias en el conjunto dirigido por Flick. Sin un total de nueve efectivos (Gnabry, Lewandowski, Davies, Süle, Goretzka, Douglas, Tolisso, Lucas y Marc Roca), los muniqueses no lograron llegar con claridad al marco protegido por Luthe en toda la primera mitad. De hecho, la más clara del primer período fue para el Unión. Un cabezazo de Bülter puso en evidencia a la minimizada zaga local, pero Neuer fue capaz de atrapar el cuero. Andaba avisado el campeón.
Flick entendió que jugadores del filial como Stanisic o Tiago Dantas, titulares en el Allianz ante la plaga de lesiones y la carga de partidos, no aportaban la contundencia que necesitaban los suyos para poner en apuros a los berlineses. No se lo pensó el técnico: dio entrada a Sané y Alaba, dos futbolistas experimentados que fueron clave a la hora de comenzar un asedio permanente en la segunda mitad que terminó poniendo por delante en el marcador al Bayern.
Müller hizo llegar un centro de Pavard a Musiala para que la joven promesa germano-inglesa se deshaciera de varios zagueros en el área y batiera a Luthe con un zurdazo imparable. Fue el quinto tanto del polivalente centrocampista de tan solo 18 años en lo que va de temporada y el desenlace de ensueño si no hubiera sido por el ímpetu del Unión. Buscó el tanto del empate hasta el final. Se lanzó al ataque. Y, merecidísimamente, terminó poniendo las tablas en el marcador a falta de cuatro minutos para el final. Un centro raso de Teuchert terminó en las botas de Ingvartsen y, acto seguido, en el fondo de la red de Neuer. Hay Bundesliga.