Se busca héroe sobre el alambre
El Leganés de Garitano potencia el rol clave de sus extremos. Los goles de Arnáiz e Ibáñez ante el Sabadell invitan a la esperanza. En el caso del primero, rompió una sequía de cinco meses.
Anda el Leganés buscando fogonazos de esperanza para reilusionarse en el tramo final de temporada. Uno de esos argumentos para la fe lo ha encontrado pegado al abismo que delimita el límite de un terreno de juego. En los extremos. El pasado sábado los de Garitano vencieron al Sabadell (2-1) con goles de Arnáiz y Rober Ibáñez, los dos funambulistas de banda que más agradan al técnico de Bergara. Al menos son los que más han jugado bajo su retornado mando. Ambos goles no son, para el banquillo blanquiazul, una anécdota sin más, sino un síntoma de cuál puede ser el camino por el que reconducir al equipo de aquí a final de temporada.
En el caso de Arnáiz, sucede además que puso fin a una racha de cinco meses sin ver puerta. La última vez que el de Talavera había taladrado una portería fue el 2 de diciembre, ante el Rayo Vallecano en Butarque. Curiosidad: aquel día Bustinza le dio la asistencia del gol con la espuela. Ante el Sabadell, el domingo pasado, se repitió el modus operandi del pase (de tacón), aunque cambió el autor. Borja regaló al ‘10’ el pase del 1-0.
Tanto tiempo sin ver puerta empezaba a ser anomalía para Arnáiz en esta temporada en la que, de arranque, fue desatascador habitual del Leganés. Sus cuatro tantos anteriores (golazos casi siempre) fueron vitales para lograr victorias, algunas ante rivales directos (Espanyol, Rayo) y otras frente a rivales enrocados (Zaragoza, Mirandés).
Pero después de aquel tanto frente al Rayo se le apagó la luz y dejó de tener el peso del pasado. Asunto en el que andaba ofuscado hasta que el domingo volvió a reventar una portería con un trabucazo de zurdas que le permitía sumar su quinto gol y elevarse como el segundo goleador del Lega, empatado con Borja Bastón, con el que también comparte ser el futbolista pepinero que más tira a puerta (59 remates de Borja, 51 de Arnaíz) y un porcentaje de acierto (9,8% de Arnáiz y 8,4% de Bastón).
Mucho más elevado es el porcentaje de acierto de Rober Ibáñez. El 16% de los remates del navarro acaban en gol. Dicho con otras palabras, de sus 12 remates, dos han besado la red. El que hizo ante el Sabadell fue fruto de una contra en la que puso puntilla final a una jugada veloz. Así también fue su primer tanto contra el Albacete.
Ambos han llegado en la era Garitano, en la que el de Bergara lo ha convertido en un fijo. Ibáñez ha disputado de titular 13 duelos ligueros de los que sólo cuatro fueron antes de la llegada del guipuzcoano a Butarque. Esa confianza recurrente como extremo habitual en la banda derecha, sin embargo, parecía atascada de cara a ver puerta. Ya no.
Que uno y otro participen más del fútbol ofensivo del Leganés es asunto capital, más con la experiencia y el peso que los extremos han tenido en anteriores proyectos pepineros con Garitano, en los que los hombres de los costados se dibujaban como pilares fundamentales para ver puerta o abrir defensas. Héroes en el alambre del terreno de juego.