El Fuenlabrada se reencuentra con su peor enemigo
Los de Oltra volvieron a ser ese equipo fallón de cara a puerta de jornadas anteriores. De esta manera, se perdieron tres puntos de oro por la permanencia.
El Fuenlabrada mereció más, pero los partidos se deciden en las áreas”. Con esa contundente frase, José Luis Oltra resumió en la rueda de prensa posterior al encuentro la imagen de su equipo en la derrota ante el Zaragoza. Como bien dijo el técnico azulón, el equipo cuajó un buen partido, pero volvió a irse de vacío. Un mal que parecía ya olvidado tras las victorias ante Leganés y Mallorca, pero que ayer volvió.
De nueve ocasiones de gol, penalti fallado incluso, y varias situaciones claras enfrente de Cristian Álvarez dispuso el equipo fuenlabreño ayer, pero todas ellas se quedaron sin premio. Se retornó a ese Fuenlabrada errático que dejó en nada su buen hacer en lo que a competir y a llegada al área se refiere. Una pena ya que parecía que el equipo había dejado atrás esa imagen de equipo benevolente con el rival.
En unos primeros treinta minutos de asedio constante a la portería del arquero zaragozano, Pathé Ciss, Borja Garcés, Ibán Salvador, Cristóbal y el capitán Juanma dispusieron de ocasiones claras para adelantar a los suyos y dar un paso de gigante hacia la salvación. El Zaragoza estaría obligado a volcarse sobre el área de Belman para buscar su necesitada victoria y, ya sabemos, lo letal que es el Fuenlabrada con espacios. Todo esto entraría dentro del juego de la elucubración, claro.
A vueltas con los penaltis
Si hay algo en especial que evidencia la falta de acierto del Fuenlabrada de cara a portería son los once metros. Ayer fue Ibán Salvador, que pese a ello jugó un excepcional partido, pero Mula, Nteka o Kante ya habían fallado otros penaltis en diferentes duelos. De las once penas máximas que ha dispuesto el Fuenlabrada este año sólo ha materializado 6 (54,4%), es decir, ha fallado cinco. Una cifra demasiado alta si la comparamos con el 91,7% de efectividad que se tuvo el año pasado, 11 de 12 penaltis fueron para dentro de las mallas.