NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

ATHLETIC- REAL SOCIEDAD | FINAL COPA DEL REY

Euskadi tiene un color especial

Final vasca en Sevilla entre Athletic y Real. No habrá público pese al retraso de un año. Llevan tres décadas sin ganar la Copa. Illarra, baja de última hora.

Sevilla
GRAF6270. SEVILLA, 02/04/2021.- Los capitanes del Athletic Club, Iker Muniain, y de la Real Sociedad, Asier Illarramendi (d), posan ante el trofeo en la jornada previa a la final de la Copa del Rey correspondiente al año 2020 que disputarán
GRAF6270. SEVILLA, 02/04/2021.- Los capitanes del Athletic Club, Iker Muniain, y de la Real Sociedad, Asier Illarramendi (d), posan ante el trofeo en la jornada previa a la final de la Copa del Rey correspondiente al año 2020 que disputarán RFEFEFE

A mil kilómetros de Euskadi se juega el partido más importante de la historia del fútbol vasco. Sevilla tiene un color especial y desde hoy también diferenciará entre el que ganó la Eusko Final y el que la perdió. Athletic o Real. Real o Athletic. Todo lo conseguido en el pasado por ambos quedará eclipsado por el que logre arrebatarle un título de manera tan directa al vecino y rival.
Lo que se presagiaba como la fiesta de la camaradería y el buen rollo será finalmente un duelo fantasma en una Cartuja vacía. De nada ha servido retrasar la final un año para esperar a los hinchas. No los habrá. La grada, por lo tanto, no jugará.

La rivalidad entre Athletic y Real es sana, histórica y permanentemente viva. Los bilbaínos ha ganado la Copa 23 veces, aunque hace 37 años de la última. De hecho, han perdido las últimas cuatro finales disputadas. Aún así, para muchos es el equipo copero por excelencia y con Marcelino han recuperado esa esencia. Ya ganaron la Supercopa de España esta temporada y aspiran también a la Copa de la actual edición que buscarán ante el Barça dentro de 15 días.

La Real, por su parte, tiene dos Copas en su haber, la última de ellas hace mucho tiempo también: en 1987. Un año después perdió la final y desde entonces hubo un abismo del que parece recuperarse ahora. Son más de tres décadas sin conquistar un título para un club que siempre se ha sentido a la sombra de su vecino. En Bilbao consideran esto un complejo de inferioridad; en San Sebastián entienden lo del Athletic como un complejo de superioridad. Complejos, al fin y al cabo. La realidad es que, salvo por la historia, no hay tanta diferencia entre sus proyectos actuales. La Real llega a esta final copera en el 5ª puesto de la Liga mientras que el Athletic es 9ª con diez puntos menos.

Las mayores tensiones entre ambas entidades vinieron por la profusión de fichajes del Athletic procedentes de la Real. La política bilbaína de contar sólo con jugadores vascos o criados en la cantera vasca hizo que Zubieta se convirtiera en un escaparate natural para ellos. Desde Joseba Etxeberría en su momento hasta Íñigo Martínez, Unai López, Yuri o Dani García en la actual plantilla. Son muchos los jugadores que el Athletic pescó de la Real. Sin embargo, en los últimos tiempos esa tendencia se ha frenado y puntales txuri-urdines como el capitán Oyarzabal han seguido en Donosti, pese a las constantes tentativas. Es más, hasta un león como Remiro hizo el camino inverso y pasó del Athletic a la Real.

Illarra. Además de intensidad y amor propio, la final tendrá el condicionante de lo poco que han podido trabajar ambos equipos con sus internacionales. La Real fía sus goles a uno de ellos, Alexander Isak, y todo lo demás al talento de Silva y Oyarzabal. Además, en el último entrenamiento previo se lesión el capitán Illarra. El Athletic no tiene bajas reseñables, pero sí el desgaste acumulado con la Selección de Unai Simón e Íñigo Martínez. Apunta al lateral De Marcos y la incógnita es el mediocentro que acompañará a Dani García. La historia del fútbol vasco se detiene en la Cartuja. Orgullo, honor, coraje. El día es hoy.