Los cuartos se quedan a punto

España e Italia firmaron unas tablas buenas para ambos en un partido en el que hubo más patadas que fútbol. La Rojita terminó cayendo en el juego antideportivo de los italianos en un encuentro con tres expulsados: Mingueza en el bando español y Scamacca y Rovella en la Azzurra. Son cinco expulsiones en dos partidos en este torneo de los italianos. No parece casualidad...

El guion del partido cambió una hora antes del pitido inicial. El empate entre Eslovenia y la República Checa alivió a Italia: dejó de tener la obligación de ganar. Un empate era bueno para todos y eso aumentó el miedo a perder.

La primera mitad fue tensa (cuatro amarillas, dos para cada bando) y con pocas ocasiones de gol. Era un aperitivo de la tormenta que se avecinaba (en el juego y en el cielo, porque también el agua comenzó a caer sobre Maribor). Las oportunidades más claras del primer acto llegaron con dos disparos desde fuera del área. El de Miranda rozó el larguero y el de Frattesi lo golpeó con violencia.

De los vestuarios regresó mejor España, principalmente porque tenía menos que perder que los italianos, a los que una derrota les quitaba el privilegio de depender de sí mismos. De la Fuente introdujo músculo en el mediocampo (Moncayola por Villar) y La Rojita igualó el punto en el que estaban siendo superiores los italianos. Precisamente el de Osasuna acarició el gol con un disparo desde la frontal del área.

Cuanto más se acercó el pitido final más se entró en el terreno italiano. Llegaron las rojas, las acciones violentas y diez minutos que enturbiaron un partido que las dos selecciones jugaron al límite. España terminó indignada e Italia, satisfecha. Todo el plan azzurri pudo saltar por los aires con una doble oportunidad de España en el descuento, primero de Pipa y después de Puado (el del Espanyol hizo un gran partido y fue nombra MVP).

El empate deja a La Rojita al borde de la clasificación. Con un punto frente a la República Checa el martes estarán matemáticamente en cuartos de final. Además, ahora los rivales saben que los de De la Fuente también sacan las garras cuando les plantean un partido al límite de lo reglamentario. España es juego bonito y también furia...