Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

ESPANYOL

Los ‘hat-tricks’ ciegos de Darder

Al canterano del Espanyol, quien confiesa que cierra los ojos cada vez que remata, el VAR le ha negado ya dos veces llevarse firmado el balón del partido.

Sergi Darder, jugador del Espanyol.
Carlos MiraRCDE

En dos momentos clave, de esos que se consideran psicológicos, asestó Sergi Darder dos zarpazos en el Nuevo Castalia que le sirvieron al Espanyol para recoger tres puntos importantísimos que le sitúan como líder provisional. Justo antes del descanso, y tras una combinación entre Óscar Melendo y Nico Melamed, anotaba el 1-2. Y en la reanudación, con los mismos protagonistas más Raúl de Tomás como estrella invitada, hizo el definitivo 1-3. Aún marcaría el mallorquín de rebote un 'hat-trick', pero el VAR se lo anuló por unos escasos centímetros. Es su única mancha. Y no se trata de la primera vez.

El videoarbitraje también le privó de llevarse el balón firmado hace dos años, en el Espanyol-Rayo Vallecano del 9 de febrero de 2019. En aquella ocasión, le anuló no uno sino dos tantos. El primero, como este viernes, por un fuera de juego del mediocampista. El segundo, por otro ‘offside’, pero de Roberto Rosales, que le asistió. Y a la tercera fue la vencida, con una implacable volea desde la frontal del área que daba el triunfo a los pericos en el minuto 95 del encuentro en Cornellà. Y si el VAR no estuvo ciego en esos dos 'hat-tricks' que el destino le ha negado a Darder, él sí. "No diré nunca que los goles son mérito mío, porque cierro los ojos y no sé nunca dónde golpeo", reconocía el propio jugador tras el 1-3 de Castalia en los canales del club.

Precisamente aquella temporada del 2-1 al Rayo, la 2018-19, fue la única de su carrera profesional en que Darder había logrado anotar cinco goles, como los que lleva ahora, con la salvedad de que entonces hizo cuatro en LaLiga y uno, en la Copa del Rey. Fue la campaña que había comenzado con su mensaje de 'Darderismo' y que concluyó con el Espanyol clasificado para Europa. La actual, la de su liberación en un juego mucho más fluido –sin ir más lejos, ante el Castellón tuvo una precisión milimétrica en pases, con un 92,98% (64 buenos de 68 intentos)–, espera terminarla de nuevo en Primera División. De momento, no puede ir por mejor camino.