Paso en corto por el play-off en el Carlos Tartiere

Un par de chispazos de centrocampistas con alma de llegadores agitaron un partido falto de ritmo, algo atropellado, jugado a arreones, aunque con emoción y alternativas. El duelo por aspirar al play-off entre Oviedo y Ponferradina terminó con un empate (1-1) que deja mayor satisfacción en los visitantes, un pasito más cerca del sexto, que en el Oviedo, con mucha desventaja aún por la promoción.

Antes de que los equipos se asentaran en el terreno de juego, la Ponfe dio primero. Centró Paris, Doncel controló y generó un rechace al que llegó Aguza, libre de marca, inadvertido en el área, para embocar con el interior.

El tanto hizo tambalearse al Oviedo, ante su penúltimo tren por el play-off. Porque tras responder los azules con un tímido zurdazo de Leschuk, la Ponfe siguió porfiando. Femenías tuvo que meter una mano ágil a un disparo lejano de Aguza. Y, para completar su triplete de bienvenida, el centrocampista de los bercianos estuvo cerca de cabecear a la red una jugada ensayada desde la esquina, en el minuto 9.

Tras la convincente puesta en escena visitante, el Oviedo le fue cogiendo el tono al partido, ayudado por el par de pasos atrás que dio su rival. Valle tuvo el empate a los 13 minutos, pero su intento se chafó contra la defensa. Dos minutos después, el balón se fue al palo tras otra buena jugada de Sangalli, incisivo en ambos costados.

A los 25 el Oviedo tiró de pizarra para acertar. Arribas ganó la disputa y Borja remató a la red. La acción, sin embargo, fue anulada por posición adelantada del zaguero azul. De ahí al descanso, juego a rachas, con más imprecisiones que juego vistoso. La Ponfe no pareció incómoda con el escenario.

Antes del descanso, el Oviedo igualó en una acción aislada, una falta desde el centro del campo que colgó Tejera y que Edgar ganó para cabecear desde el cielo y depositar el balón en la red. El guion pudo alterarse de nuevo cuando el palo escupió un intento de Morán en un rechace.

Con el juego algo aletargado, los entrenadores trataron de agitar las cosas desde el banquillo. Rodri entró en los locales y Yuri fue la réplica visitante. Ambos buscaban pólvora.

Caro despejó un centro peligroso de Nieto que congregaba a los delanteros azules antes de que el arbitraje entrara en juego. Primero, el Oviedo pidió penalti por una mano en el área berciana. El árbitro no vio infracción. Casi de seguido, minuto 71, el colegiado no dudó en una acción similar de Christian. Esta vez fue el VAR el que sacó al árbitro de su error para anular la infracción.

Fueron las últimas notas de emoción de un choque que murió con tímidos intentos y con la sensación de que el reparto de puntos es más celebrado en El Bierzo que en la capital asturiana.