Los servicios médicos del Barça, en la UVI

Los servicios médicos del FC Barcelona están bajo sospecha. El último episodio que han protagonizado Philippe Coutinho y Ansu Fati han dejado la credibilidad de los galenos blaugrana por los suelos. El brasileño decidió viajar a Qatar para pedir una segunda opinión tras pasar por segunda vez por quirófano para extraerse un quiste en la rodilla izquierda, mientras que la recuperación del joven delantero no sólo se ha estancado, decidiendo además visitar a otros especialistas al margen del club, sino que ya no se esconde la opción de una tercera intervención, según avanzó Catalunya Ràdio.

Pero Coutinho y Fati son sólo la punta de iceberg de una serie de errores y desaciertos que han abierto una distancia entre los actuales servicios médicos y los jugadores del primer equipo. El más comentando en el seno del vestuario fue el error de diagnóstico de los galenos en la lesión de Pedri. Hay que recordar que el canario se tuvo que retirar en el partido ante el Sevilla del pasado 27 de febrero. Los médicos, tras realizar una primera exploración, hablaron de unas molestias “en la parte baja de la pierna izquierda” (sic), para un día después, y tras las pruebas, emitir un comunicado médico en el que se precisaba “un estiramiento del sóleo de la pierna izquierda”.

Una lesión de este alcance, aunque evidentemente menor, le cerraba las puertas al partido de vuelta de Copa de semifinales ante el Sevilla y hacía muy difícil su presencia en la vuelta de la Champions ante el PSG. Sin embargo, 48 horas después, Pedri ya se estaba ejercitando sin molestias con sus compañerios, con un Ronald Koeman reconociendo en rueda de prensa que “a veces ocurren cosas extrañas”. La realidad es que los galenos erraron en el diagnóstico y no se trataba de ningún problema muscular en el sóleo sino de un golpe en el nervio ciático.

No ha sido, en todo caso, el único error de diagnóstico cometido por los galenos blaugrana. Con Gerard Piqué, en su lesión ante el Atlético de Madrid, se limitaron a señalar que tenía un esguince en la rodilla derecha, pero unas horas después las pruebas constataron una lesión mayor, con el cruzado anterior también afectado.

Piqué además es uno de los tres jugadores que han recaído este curso. Los otros dos han sido Sergi Roberto y Ronald Araújo. Las recaídas, en general, suelen producirse por la precipitación y la mala planificación. En el caso concreto de Sergi Roberto, el cub intentó esconder la recaída de una forma un tanto burda. El de Reus se lesionó en el recto femoral de la pierna derecha ante el Atlético de Madrid a finales de noviembre. Poco más de dos meses después volvía a recaer en su primer partido como titular, ante el Granada en la Copa, pero en el comunicado los médicos hablaban primero de “cuádriceps” y después de “recto anterior”. Resulta que el recto femoral forma parte del cuádriceps y es conocido también como recto anterior.

Con semejante listado de errores, contratiempos y medias verdades, parece evidente que los servicios médicos del FC Barcelona han dejado de ser una referencia mundial. La marcha de uno de los especialistas médicos más reconocidos, Ricard Pruna, ha dejado un vacío que en ningún caso ha podido llenar Lluís Til, fichado este verano por Ramon Canal, procedente del Mónaco. Quien no ha querido renunciar a Pruna ha sido el propio Piqué, que le ha fichado como asesor médico del Andorra.

Parece evidente que el nuevo presidente, Joan Laporta, tiene ante sí un largo camino que recorrer para devolver a los servicios médicos a la elite mundial. Si hubiera ganado Victor Font, las tres patas de los servicios médicos (Ramon Canal, Lluís Til y Juanjo Brau) saltaban del club. En manos del nuevo presidente está ahora olvidarse de los amiguismos e intentar dar un vuelco a una situación tan preocupante como urgente de solucionar.