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BARCELONA

Griezmann se agarra al Barça

A pesar de los rumores de salida, el francés quiere seguir, según informa 'Catalunya Radio'. Tiene contrato hasta 2024 y no se plantea el cambio de aires.

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Griezmann se agarra al Barça

"Lo que me beneficia es estar en el campo". Claro y conciso. Así se mostraba Antoine Griezmann después del estupendo partido realizado por el Barcelona en su visita a la Real Sociedad. El francés abrió el marcador y en el nuevo sistema dibujado por Koeman parece sentirse mucho más cómodo. Sin embargo, dejó claro que no le preocupa el planteamiento, si no la confianza que se le profesa. Y es que, aunque su nombre aparezca como método financiero para sufragar fichajes futuros, él tiene claro que su horizonte se colorea en azul y grana.

El programa 'Tot costa', de Catalunya Radio, señala que el delantero está a gusto. Marcharse no es una opción en su mente y está muy tranquilo en lo que a su devenir respecta. Tiene tres años más de contrato (hasta 2024) y aunque en el club, según añade esta información, le consideran como uno de los candidatos a salir este verano, Grizi quiere seguir.

Antoine llegó a Barcelona en 2019 a cambio de 120 millones con una etiqueta, la de crack, que no ha logrado refrendar. El rey sigue siendo Messi, pero el Principito no ha conseguido formar parte a tiempo completo de su corte, como sí hicieron en el pasado Neymar o Luis Suárez o poco a poco consigue hacerlo un Ousmane Dembélé cada día más delantero. Eric Abidal ha reconocido en una entrevista concedida al Telegraph que fue "el presidente" el que "decidió fichar a Griezmann". "Si no, hubiéramos fichado a Griezmann antes. Creo al 100% que podríamos haber vuelto a fichar a Neymar", añadía el exdirector deportivo blaugrana.

Hristo Stoichkov añadía mayor pesaje a la balanza de las críticas. "Cuando Griezmann está, el Barça juega con diez", esgrimía el búlgaro. Una carga que se une a la rumorología continúa en la que se apunta a su adiós prematuro. Con la llegada de Joan Laporta al sillón presidencial, el '7' se colocaba en cabeza en la lista de tareas de Mateu Alemany, nuevo director general de la entidad. Decidir sobre su futuro, con los goles de Haaland retumbando en la mente de Laporta, se aventura como una de las líneas maestras del nuevo proyecto del club.

Obstáculos

Un posible intercambio con Paulo Dybala aparecía en la prensa italiana hace escasas fechas. La eterna renovación del argentino, en horas bajas en la Juventus, colocaba de nuevo a la pieza de La Joya en el tablero barcelonés. En el pasado, tanto Griezmann gustaba en Turín como Dybala en Can Barça, de ahí que la Vecchia Signora, sabedora de que el deseo del club no va en la misma línea que el del jugador, aparezca como actor secundario en la partida y haya decidido tantear el terreno.

Laporta va con todo a por Haaland, el gran nombre que le acompañó en la campaña. Cada vez que el cyborg noruego aparece como futurible, la ola del rumor alcanza a Coutinho y Griezmann, los dos jugadores señalados para coser parte del agujero económico del club. Son quienes gozan de mayor mercado en lo que a retorno económico respecta. Sin olvidar que la posibilidad de que el Kun Agüero llegue a coste cero también jugaría en su contra. Más madera.

Seguir cultivando brotes verdes

Sin embargo, a pesar de todo este cúmulo de vallas, el ariete ha decidido, según la información manejada por Catalunya Radio, saltarlas todas y ganar la carrera. ¿Su meta? Aferrase al club y convencer a todos que la estrella sobre la que construir parte del futuro del club llegó procedente del Atlético de Madrid hace algo más de año y medio. Como decíamos, el 3-4-2-1 con el que Koeman plantea los partidos en estos momentos le beneficia.

Acompañar a Messi y huir del extremo, con la movilidad de Dembélé por delante, le permite potenciar una de sus mayores virtudes, la pared y la asociación. En sus dos últimos partidos ligueros, en la doble mediapunta, ha logrado ver portería (Huesca y Real Sociedad). En los cinco anteriores, a caballo entre el extremo izquierdo y el centro del ataque, se quedó a cero. Una realidad a la que debe aferrarse casi tan fuerte como a su deseo por seguir vestido de azulgrana. Ahora toca mantener el tono con Francia. Allí, nadie le pone en duda. A la vuelta, tocará seguir picando piedra y despejar las que aquí le acompañan.