El Zaragoza se aleja del descenso
El equipo aragonés, que desperdició otro penalti, logra una sufrida victoria ante el Mirandés, superior durante muchos minutos. Peybernes firmó el triunfo.
No hay victoria sin sufrimiento en el Real Zaragoza, que volvió a desperdiciar un penalti, otro más, en una serie de fallos desde los once metros que ya alcanza límites de calamidad. Un gol tempranero del central francés Peybernes acabó por decidir un partido en el que el Mirandés fue superior durante muchos minutos, pero cuyo resultado final permite al equipo aragonés volver a respirar y alejarse tres puntos de la frontera del descenso. Esta vez La Romareda no fue talismán para el Mirandés, sino el afortunado fortín en el que el Zaragoza está cimentado su agónica carrera por la permanencia.
El francés Peybernes, uno de los tres refuerzos invernales, fue el sustituto del sancionado Francés en el eje de la zaga, en la única novedad en el once del equipo de Juan Ignacio Martínez, mientras José Alberto recuperó a Víctor Gómez para el lateral derecho, tras no haberlo podido alinear frente al Espanyol por la cláusula del miedo.
El Zaragoza, exigido al máximo por la clasificación, salió como un cohete y obtuvo un premio inmediato, tras una acción clarísima malograda por Zapater y dos saques de esquina consecutivos. En el segundo córner, Bermejo puso un centro muy cerrado y Peybernes lo acabó rematando con el mismo estómago ante la desatención defensiva de medio Mirandés. Otra vez un gol a balón parado de un central del Zaragoza cinco jornadas después, una suerte que ha mejorado muchísimo el equipo aragonés desde la llegada de JIM.
El gol despertó al Mirandés, que fue creciendo con la pelota a la misma velocidad que el Zaragoza se atrincheraba delante de su área, incapaz de adueñarse de la situación o de sacar partido de su ventaja. El doble lateral no le funcionó a JIM en la primera parte, porque Chavarría anduvo descolocado, y por ahí encontró una vía de penetración el conjunto burgalés, que pudo empatar en un disparo cruzado de Iván Martín que desvío a una mano Cristian Álvarez y en un derechazo cruzado de Víctor Gómez desde fuera del área. Pese a todo, Zapater pudo haber cerrado el duelo pasada la media hora en un contragolpe aislado que cocinaron entre Eguaras y Vigaray, pero al capitán se le volvió a hacer otra vez de noche dentro del área. También Eguaras disfrutaría de una buena ocasión al filo del intermedio, pero se encontró con la respuesta de Lizoain.
El Mirandés intensificó su dominio a la vuelta del descanso frente a un Zaragoza superado de cabo a rabo en el centro del campo y que lo fio todo a una contra afortunada. JIM jugó con fuego y tardó muchísimo en dar entrada a Francho por un Zapater agotado, al que le sobraron los veinticinco minutos que jugó en la segunda mitad. Francho le dio oxígeno y presencia al Zaragoza, que a un cuarto de hora del final pudo cerrar el partido en un penalti a instancias del VAR, por mano de Víctor Gómez a disparo de Chavarría, que Álex Alegría estrelló en el larguero. Lo cierto es que lo del Zaragoza con los penaltis es verdaderamente lastimoso. Y es que ha fallado nada menos que 15 máximos castigos en los últimos cuatro campeonatos en Segunda División. Como para creer en que alguien le ha echado un mal de ojo.
JIM se decidió también tarde por Iván Azón y por Sanabria, cuya energía y valentía echa en falta el equipo aragonés y se antoja clave en este tramo final de la temporada, donde todavía tiene que ganar cinco partidos más.