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SEVILLA

La metamorfosis de Bono

El gol logrado ante el Valladolid es el último hito del portero marroquí en un año el que cambió las críticas por las alabanzas gracias a su alto nivel.

Bono, tras marcar ante el Valladolid.
PHOTOGENIC/PABLO REQUEJODIARIO AS

La sonrisa de Bono en el minuto 93 del choque ante el Valladolid podía ser un buen resumen de su año de gloria. El marroquí salvó un punto para el Sevilla en el último suspiro tras definir con maestría en el área una acción en la que necesitó, sobre todo, creer. Él lo hizo hasta el final. Subió en la que podía ser la última jugada del partido. Titubeó cuando el Valladolid amagó con despejar el córner, pero ni lo dudó cuando encontró el balón cerca para colocarlo en la portería de Roberto Jiménez. "No sabía ni cómo celebrarlo", admitió después.

Esa carrera de celebración transmitió gran parte de lo vivido por Bono en su último año. Llegó a Nervión al inicio de la pasada campaña para estar a la sombra de Tomas Vaclik. Era una apuesta de Monchi pese a que su rendimiento no había sido brillante en el descenso del Girona. Tiró de paciencia con Lopetegui, que le entregó cartas en la Europa League, competición que cambiaría su suerte. Tembló ante el Cluj tras un error que pudo multiplicar las críticas sobre él, pero el VAR anuló ese tanto que eliminaba a los sevillistas y la historia cambió. Una lesión de Vaclik tras el confinamiento le abrió las puertas de una titularidad que nunca soltó: brilló con fuerza en Liga y reinó en una Europa League en la que destruyó al Manchester United, detuvo un penalti a Raúl Jiménez y se hizo gigante ante Lukaku.

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Bono inició esta campaña con una confianza renovada por parte de Lopetegui. Monchi ató su opción de compra para quedarse con él tras la cesión y ganó la partida de nuevo a Vaclik en su batalla personal. Y su curso, de momento, lo catapulta al protagonismo absoluto. Paró un penalti decisivo a Fekir en uno de los derbis y luchó con Haaland con los mejores argumentos posibles. Su gol ante el Valladolid lo eleva a los altares de la historia del club sevillista. Ya nadie duda de Bono. Su metamorfosis en un año quedó reflejada en el enésimo logro épico del conjunto nervionense.

La estela de Andrés Palop

Todas las mentes retrocedieron catorce años cuando Bono puso el 1-1 ante el Valladolid. Precisamente en la misma semana, en 2007, Andrés Palop lograba protagonizar un episodio épico de la historia del Sevilla al forzar una prórroga ante el Shakhtar Donetsk en Ucrania cuando su equipo estaba eliminado de la competición. Su remate de cabeza fue el primer paso hasta el que sería el segundo título continental del club sevillista. "El Sevilla te hace creer. Brutal de nuevo Bono", afirmaba este sábado. Ambos fueron héroes inesperados.