Análisis del Liverpool de Klopp, rival del Madrid en cuartos
Las lesiones en defensa (Van Dijk) y el bajo rendimiento individual y colectivo exponen al Liverpool. Nada es igual en el conjunto red, que mantiene su idea de fútbol.
Campeón por aplastamiento de la pasada Premier, 30 años después, el Liverpool es la obra maestra de Klopp. Ni en la derrota, como ante el Atlético en la última Champions, se le podía objetar casi nada. Pero ahora se ha caído y no se le reconoce. La plaga de lesiones que ha padecido en la zaga (Van Dijk, Gomez y Matip) ha condicionado todas las decisiones de Klopp y ha causado un impacto emocional muy negativo que afecta a todo el desarrollo del juego red. El Liverpool se pierde por sus vacíos defensivos, pero también por cierta incapacidad para ser productivo en contextos que ahora le exigen proponer. Si no hay un cambio, la temporada se le va. Angustiado en la Premier, fuera ahora de posiciones europeas, no quiere soltar su condición de aspirante en la Champions en un torneo que históricamente siempre se le ha dado bien, incluso en situaciones complicadas.
Klopp había construido un equipo con sello propio, muy atractivo y vertical, que reprime a los rivales con una cadencia de juego altísima y un nivel de presión insoportable. Es su forma de jugar y no sabe hacerlo de otra manera, aunque este curso se han visto versiones del Liverpool más funcionariales y contradictorias. Sin embargo, los reveses se suceden. La mezcla de bajones individuales y problemas colectivos que no se apreciaban antes han rebajado su dimensión futbolística. Jugar con la defensa tan adelantada con centrales como Kabak y Philips es una puerta abierta para el rival y está por ver la pareja que utilizará Klopp ante el Madrid. Alisson canta más que para, Alexander-Arnold y Robertson no son tan expansivos como antaño, Fabinho juega cada día en un sitio, Thiago no termina de encajar y el tridente Salah, Firmino y Mané vive su período más tímido. En Anfield solo ha marcado un gol y fue de penalti en sus últimos siete partidos de Premier. Todo anda fuera de lugar en este Liverpool. Aun así, tiene argumentos para la redención.
Con espacios conservan su peligro. Del vértigo y la explosividad se encargan los mismos. La compenetración del tridente Salah-Firmino-Mané, cada uno con su función, resulta casi incontenible. La rotunda incorporación de Diogo Jota, ya recuperado de su lesión y que sigue dando un rendimiento notable, refuerza la trama ofensiva. En la medular sobra gasolina con Wijnaldum, Henderson, Milner y Keita, pero ante este instante falta más precisión y criterio. Se esperaba que el desembarco de Thiago ayudara a Klopp ante defensas cerradas, un escenario que cada vez se encuentra más el conjunto red. No ha sido así, pero Thiago aspira a despertar. La pausa y el ingenio del internacional español puede abrir en cualquier momento el abanico de posibilidades en la construcción. Si Fabinho ajusta la estructura, si Alexander-Arnold y Robertson dominan desde el lateral y si el tridente renace, el Liverpool volverá a ser ese equipo de amplio espectro, volcánico y entusiasta. Aunque este curso siempre deberá combatir contra sus carencias defensivas.
Estrella: Salah (28 años)
El egipcio mantiene su estatus de futbolista más diferencial del Liverpool. Este curso suma 25 goles, pero solo ha dado cuatro asistencias. Hizo una gran eliminatoria ante el RB Leipzig.