NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

GALES

De colgar las botas con 24 años a millonario vendiendo relojes

Ramón Calliste compartió vestuario con Cristiano y estaba llamado a ser el nuevo Giggs. Ahora vende piezas de lujo por valor de 291.000 euros e ingresa una media de 5.800.000 euros al año.

De colgar las botas con 24 años a millonario vendiendo relojes
@GamedahK

Ramón Calliste tuvo una carrera corta en el fútbol, sin embargo, la vida le tenía preparado otro destino para hacerle millonario. El galés comenzó su carrera en las categorías inferiores del Manchester United para después coincidir con Cristiano en los diablos rojos. Su proyección era tal que en la selección Sub-19 de Gales le veían como el nuevo Ryan Giggs hasta que una grave lesión de tobillo le hizo colgar las botas con 24 años tras pasar por United y Liverpool y pensar en un nuevo negocio con el que vivir: los relojes de lujo.

El exfutbolista aseguró en The Sun sobre esta etapa: "Cuando me di cuenta de que el fútbol no me iba a dar la vida que quería, se trataba de montar algo que me diera (ese estilo de vida) y rápido. Fue entonces cuando empecé a involucrarme en el negocio de los relojes a través de algunos contactos que tenía del mundo del fútbol".

Calliste, de 35 años, montó en 2013 la empresa de relojería de lujo "Global Watches" con la que no para de crecer: "En cuanto vi que podía ser un negocio rentable, lancé 'Global Watches' en 2013 (cuando ya estaba retirado) y desde entonces es una empresa que gana varios millones de euros. El objetivo es seguir creciendo y en cinco o diez años vender la empresa, como hizo 'Watchfinder'".

La experiencia vivida como futbolista le permitió tener contactos con los que empezar a vender piezas por casi 300.000 euros y obtener un beneficio medio de 5.800.000 euros al año. Así lo relató el galés al medio británico: "El hecho de haber jugado al fútbol me ayudó. Al principio traté con muchos futbolistas vendiéndoles relojes, pues ya tenía su confianza. Es posible que haya otras empresas más fuertes que la mía, pero como fui futbolista siempre me acaba ayudando".

El exfutbolista también valoró la dificultad que encontró en su negocio: "Dirigir una empresa es extremadamente complicado. Cuando se trata de valores tan altos, hay varias complicaciones y normas que hay que seguir al pie de la letra. Lo hacemos todo de acuerdo con las leyes. Tengo la suerte de que siempre ha sido muy rentable desde el principio. Algunos relojes los he podido vender hasta por 291.000 euros".