El Racing sigue en la carrera
Solabarrieta apostó por la presión alta, que maniató al Real Unión, y aprovechó para ganar una salida en tromba de su equipo en la segunda mitad
El racinguismo sigue soñando con poder al menos pelear por el ascenso tras ver a su equipo ganar, en un partido muy sólido, al Real Unión en el Stadium Gal. Solabarieta, tras el repaso recibido por el Sanse la semana pasada, se olvidó de intentar hacerse con el balón a base de juego y cambió el dibujo inicial en busca de incomodar el control de la pelota de los irundarras. Fue un cambio, de 4-2-3-1 a 4-4-2, claramente defensivo, que pretendía que Jon Ander y Cedric impidieran el juego trenzado desde atrás a los de Irún y obligaran a Irazusta a pegarla en largo. Lo consiguieron. El Racing llegó a la orilla izquierda del Bidasoa a jugar como un equipo pequeño..., pero con jugadores capaces de soltar latigazos que le pudieran dar el partido. Así fue.
Sin Pablo Torre en el campo, el papel de Riki pierde brillo por la falta de un eslabón intermedio, pero no importancia. Cada vez que el ovetense toma contacto con el balón, el fútbol del Racing se ilumina y puede pasar cualquier cosa. Pinados así los bolos, con los de Zulaika también presionando alto, ambas escuadras optaron por la paciencia. Ya tendremos la nuestra, parecieron pensar. Y durante la primera mitad, igualada y con muy pocas ocasiones, un tiro de 40 metros de Bustos y un centro envenenado de Llamas que besó la parte superior del larguero de Lucas, no pasó gran cosa. Lo más significativo que en el 43' al árbitro no le apeteció pitar como penalti una mano muy clara de Beobide delante mismo de él. Ya se sabe que el criterio a aplicar sobre las manos dentro del área es un arcano universalmente desconocido, pero si una mano separada del cuerpo hace un gesto hacia el balón para controlar el cuero..., se hizo raro, la verdad, que no fuera penalti. Mano aparte, el empate sin goles era el reflejo de la primera mitad.
El inicio de la segunda mitad resultó decisivo, con Traver, que había sustituido en el 43' a Bustos, lesionado en los isquios, combinando con Isma López por la izquierda y desequilibrando a los fronterizos. Así llegó el primer gol, con centro cruzado desde la izquierda y Soko, que también eso lo hace extraordinariamente, apareció en el segundo palo para adelantar a los suyos. Con el Real Unión tocado, cinco minutos después, se vuelve a abrir el canal del 11, balón al interior del área que descarga Cedric para que Riki marque su tercer gol desde fuera del área (¡en siete partidos!) desde que llegó a Santander para cambiar al Racing.
A partir de ahí, el Racing sufrió lo justo. Más serio y centrado que brillante, siempre dio la sensación de tener controlada la situación. A medida que Zulaika iba metiendo en el campo jugadores con filo, Viguera, Kun y Zourdine, que resultó el mejor de su equipo, Solabarrieta metía músculo y centímetros, Capanni, Nana y Gerson. Salvo algún detalle espectacular de Soko, en la última media hora pasaron menos cosas de las que cabría suponer.
Con los tres puntos sumados en Irún, cuarta victoria consecutiva a domicilio, el Racing sigue manteniendo viva la llama de la esperanza de llegar a la última jornada con la posibilidad de, si gana en Amorebieta a otro rival directo, meterse entre los tres primeros y pugnar en la segunda fase por poder disputar el playoff de ascenso a Segunda. Dependerá de los resultados de los rivales directos y, obviamente, de ganar también la próxima jornada al Arenas en El Sardinero.
