Julián Calero, segundo de Hierro en el Mundial de 2018, logra ascender al Burgos
El técnico también fue segundo de Lopetegui en el Oporto, y tras varios intentos ha logrado el ansiado ascenso, que todavía puede ser mayor.
En esta competición tan extraña y novedosa en la que se ha convertido esta temporada la Segunda División B es difícil llegar a un acuerdo sobre cuál es el éxito. La actual categoría pasará a dividirse en dos, y según cómo se mire, puedes lograr incluso doble ascenso. Entre medias, varios equipos han logrando ya uno de ellos, pasar a la Primera RFEF. Y de los primeros en conseguirlo fue el Burgos CF.
Todo barco necesita una persona al timón, más o menos capacitada en función del destino y la dificultad del camino. En El Plantío cuentan con un capitán curtido en mil batallas, Julián Calero Fernández (Parla, 26 de octubre de 1970). Siguiendo con el símil, empezó siendo un grumete en la Agrupación Deportiva Parla, desde categorías inferiores hasta jugar una fase de ascenso a Segunda B con el primer equipo.
El joven técnico fue ascendiendo, a marinero, a contramaestre, a maestre, pasando por todos los cargos de una tripulación y viviendo muchísimas aventuras. Segundo de Míchel en el Rayo Vallecano, segundo de Luis Milla en el Al-Jazira, segundo de Julen Lopetegui en el Oporto o segundo de Hierro en el Oviedo y en la Selección Española en el Mundial de Rusia. También fue primer entrenador del CA Navalcarnero y del Rayo Majadahonda, ya con plenos dotes de mando, pero es ahora cuando al fin ha llegado a tierra, con el Burgos.
La llamada inesperada para poner rumbo a Sochi
Aquel verano de 2018, aquellos días previos al Mundial de Rusia, siempre serán recordados dentro de la historia del fútbol español y de la Selección Española. Y por supuesto, dentro de la vida y trayectoria de Julián Calero. El madrileño jamás se esperaba algo así, ni nadie. A horas de debutar contra Portugal, Julen Lopetegui y su cuerpo técnico fueron despedidos por anunciar su fichaje por el Real Madrid.
Rápidamente, el presidente de la RFEF, Luis Rubiales, tiró de lo que tenía a mano y confió el devenir de la Selección a Fernando Hierro, que a su vez necesitaba un cuerpo técnico. Así fue como llamó a Carlos Marchena (enlace federativo), a Juan Carlos Martínez (preparador físico), y a Julián Calero (segundo entrenador).
Calero recibió una llamada irrechazable de su antiguo primer entrenador en sustitución de otro ex jefe. Además, incluso había ayudado a Lopetegui entrenando a David Silva un mes antes en las instalaciones del Navalcarnero.
“Lo del Mundial fue una experiencia increíble. Un amigo como Julen abandona la selección por los motivos que fueran y dos horas después me llama Hierro para decirme que si puedo ir al Mundial. Siete horas después estaba allí. Trabajamos a tope, 24 horas al día. El recuerdo es increíble e inolvidable. Luego esto es fútbol, nos quedamos fuera en la tanda de penaltis”, comentó hace unos años en una entrevista a Telemadrid.
Tras mucho remar y quedarse en la orilla: Primera RFEF
En la temporada 2017/2018 se quedó a las puertas de la fase de ascenso a Segunda con el Navalcarnero, y dos temporadas después volvió a remar y remar y murió en la orilla con el Rayo Majadahonda. En ninguna de las dos experiencias en la Comunidad de Madrid pudo rematar la gran campaña con la pelea por un sueño mayor.
Tras esa gran actuación con los majariegos la temporada pasada, detenida por la pandemia, el Burgos Club de Fútbol apostó por él para buscar juntos el ascenso a Segunda. El 2 de julio fue presentado, acompañado por Miguel Pérez Cuesta ‘Michu’, director deportivo, con el que coincidió en Oviedo, y asumió el reto de pilotar el proyecto hacia el éxito.
“Quiero jugadores con hambre, con deseo de triunfar en el fútbol y que lleven con orgullo el escudo del Burgos CF. Que enganchen a la afición y que sientan el Burgos como algo muy suyo”, comentó en su primera rueda de prensa, y con ellos ha logrado un primer paso, ser líder del subgrupo B del grupo I de Segunda B y ascender a la Primera RFEF.
¿Y ahora qué? ¿A Segunda?
Estar la próxima temporada en la Primera RFEF es un objetivo que muchos querían y que pocos alcanzarán. Al final, no dejas de seguir estando en la tercera categoría del fútbol español, pero ya puede considerarse un éxito por las dimensiones de no lograrlo. Y si no, que se lo digan a equipos como el Deportivo de la Coruña, el Córdoba, el Racing, el Marbella o el Recreativo de Huelva.
El Burgos ha sido el mejor de los diez equipos de su subgrupo y tiene plaza asegurada en la Primera RFEF, pero llegados a ese punto, por qué no soñar con el ascenso a Segunda que el club viene queriendo en los últimos años.
“A la gente le pido que sueñe, que piense en lo máximo, pero en mi círculo debo pedir prudencia porque sé que el peaje que hay que pagar es alto. La línea entre el éxito y el fracaso es muy delgada y puede ser una acción. En el fútbol siempre estás en el alambre haciendo equilibrismo. Es bonito que la gente esté ilusionada con el equipo, pero al grupo de trabajo y al club le reclamo prudencia, saber estar, ir marcando los tiempos…”, dijo recientemente en una entrevista en el Diario de Burgos.
“Estoy satisfecho por ver lo que se ha generado en la ciudad, entre los empleados del club, en la afición… Noto una ilusión muy grande y eso es una satisfacción”, afirmaba, marcando los próximos pasos a seguir: “Hacer el máximo de puntos en la primera fase y luego ya atacaremos el segundo ciclo competitivo. Aún no sabemos los rivales, la diferencia de puntos que habrá… por lo que pensar en algo que aún no sé me distrae de la realidad. No obstante, lo que pienso es que el Burgos va a competir hasta el final por los objetivos”.