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DEPORTIVO

Raí: “Cuando jugaba de niño descalzo y en el barro pensaba en Ronaldinho y Romario”

Raí cuenta en As cómo salió de una favela de Río con 12 años hacia Zaragoza y su aterrizaje en el Depor: “Disfruto el día a día entrenando, valoro todo mucho”.

10/03/21 Entrenamiento Deportivo de La Coruña  entrevista a Rai
Jesus Sancho (Sanchofoto)Diario as

¿Una semana más alegre tras la victoria ante el Pontevedra?

Siempre que ganas hay un plus positivo. Las sensaciones personales y colectivas mejoran mucho, mejora todo.

¿Qué es lo que hizo mejor el Deportivo ante el Pontevedra?

Creo que supimos leer cada momento del partido. Cuando nos tocó defender lo hicimos bien y cuando nos tocó atacar, aunque era difícil, generamos espacios. Era un partido de gran dificultad y creo que fuimos de menos a más como otros en casa como el de Unionistas o Guijuelo.

Una victoria importante y justa, pero sufrida al final….

En los últimos partidos se decide todo por pequeños detalles, está todo muy igualado y un gol te puede dar la gloria, como ante el Pontevedra.

Y en esta igualdad, hacia dónde mira usted. ¿A los que están por abajo o a los que están por arriba?

Miramos al único partido que tenemos enfrente, al de este domingo. Miramos al día a día. Sabemos que al Racing de Ferrol le quedan dos partidos y eso está todavía por jugarse. Nosotros vamos a lo nuestro, al siguiente partido.

Esta fase se acaba. ¿Qué se juega el Depor en Barreiro?

Es un partido más, tres puntos. Vamos a buscar los tres puntos. El día a día está siendo genial, pero hay que poner un plus más para lograr esa victoria.

Supongo que le habrán comentado en el vestuario lo que significa el partido ante el filial del eterno rival del Depor, que además ganó en Riazor en la primera vuelta…

Sí, se vive mucho desde dentro y supongo que desde fuera, también. Vamos a ir por todas para darle una alegría a la afición. Pero al final son tres puntos, ya sea el Celta B o el Zamora.

Esos partidos aplazados crean incertidumbre de cómo terminará el calendario, algo que en A Coruña le recuerda al Fuenlabrada. ¿Cómo cree usted que se debe resolver esa última jornada?

Sé que aquí se vivió una situación especial con lo del Fuenla, pero creo que el momento es otro. Fue una cosa muy rara. Ese parón, que si se jugaba, que si no… Jugadores viajando de vacaciones para jugar. Algunos estaban en Ibiza, donde yo estaba cedido. Fue todo atípico, algo que no se había vivido en el fútbol.

En A Coruña solo se contempla que sea una jornada final con horarios unificados, pero aún no está confirmado esto.

Hay que darle importancia a los horarios y sí, debería ser unificado. Eso hablaría de una mejoría en la organización.

Usted es delantero y le está tocando realizar un trabajo oscuro de sacrificio durante muchas fases que limita sus opciones ofensivas. ¿Prioriza eso el entrenador?

Hay momentos en el que el rival te busca. Yo tenía al extremo del Pontevedra a mi espalda y la única vez que recibió fue la única que salté y casi tira a puerta. La suerte fue que me dio tiempo a volver y tapar. Eso es el juego y estar bien tácticamente. Claro que me encantaría estar atacando más, pero es lo que toca.

A los atacantes se les suele valorar más sus goles o asistencias que por colaborar en esa parte más gris…

No es que se valore menos, se ve menos. Pero son momentos en los partidos. Yo muchas veces busco recibir y no lo hago, pero abro espacios. El gol de Keko comenzó en una jugada por mi banda y luego dio toda la vuelta, por ejemplo. Hay que entender el juego. El fútbol no es atacar uno individualmente, es algo más colectivo y complejo.

En lo personal supongo que estará contento con su continuidad en el once y con ganas de ese primer gol…

Personalmente es así. Cada partido que paso sin gol lo echo en falta. Pero tampoco me obsesiono. Lo importante es que gane el equipo y se lleve los tres puntos. Importa el equipo, lo que hacemos todos. Marque yo, Miku o Keko. Los goles son para todo el equipo y toda la afición.

Usted llegó en enero y firmó hasta final de temporada. ¿Cómo se plantea su futuro?

Mi futuro está en manos de Dios primero y de mis representantes después. No intervengo. Solo quiero disfrutar el día a día en Abegondo con mis compañeros. Quiero darlo todo, sacar lo mejor y darle alegrías a la afición.

¿Condiciona todo la categoría en la que acabe el Deportivo?

No me gusta hablar del futuro, pienso en el día. Es que no sé qué pasará dentro de medio minuto. En la vida hay que disfrutar cada minuto y dejar que vayan sucediendo las cosas.

En ese sentido, Borja Galán me dijo en una entrevista que el año pasado se levantó en A Coruña y acabó en Santander sin tener nada pensado…

Yo vengo del Zaragoza, donde tenía un contrato de dos años que se rompió. La semana anterior al fin jugué en Copa y además, marqué. Era el primer partido de titular en el que me había puesto el míster y luego… En el fútbol no sabes dónde vas a estar mañana. Aquí, allí, en Brasil…

Pues cambiamos a su pasado. Usted vino de niño a España. ¿Cómo y por qué Zaragoza?

Juagaba en Río de Janeiro en un equipo de barrio, un barrio muy humilde y obrero. El que es mi representante ahora me trajo a Zaragoza muy joven, con solo 12 años. No podía jugar hasta los 18 años y lo hacía en el Juvenil pero no de liga nacional porque no podía, Preferente, Regional... en varios equipos de Aragón hasta que me subieron. Al cumplir los 18 ya puedo, pero se lió todo por los papeles, los permisos…. Así hasta debutar. A partir de ahí cesiones como la de Ibiza.

¿Y cómo se toma esa decisión de dejar Brasil siendo tan niño?

Porque el fútbol es mi pasión, mi futuro, el futuro de mi familia… Yo cogí las maletas y vine solo, me vine sin mis padres. Es el sueño que tenía, como prácticamente todos los niños. Cualquier niño que tuviese la oportunidad que yo tuve, por la que estoy luchando y progresando, no se lo pensaría dos veces. Salir de un barrio de Río de Janeiro, de una favela, para coger esta oportunidad… Me ha tocado a mí, gracias a Dios y a mi representante. Él me trajo de Río a Zaragoza, de donde es él, y le doy las gracias y a él y a su familia, que me acogió desde los 12 años. Un sueño que me abrió el corazón.

¿Todo eso le hace valorar más cualquier cosa que va logrando en su carrera?

Sí, todo lo que hago en el día a día lo valoro mucho, no solo los partidos. Muchas veces si en un entrenamiento fallo algo, ofensiva o defensivamente, lo asimilo para aprender. Creo que en el fútbol puedes aprender cosas todos los días, con entrenadores, compañeros… todos te hacen crecer y progresar.

En esos partidos de barrio de niño, ¿a quién quería parecerse?

Cuando veía por la tele partidos me gustaban Ronaldinho, cuando estaba en el Barça y Romario. Me iba a jugar con esa mentalidad, pensando en ellos. Pensando ojalá llegue a un equipo profesional y tenga la oportunidad de demostrar, no como ellos, claro. Desde un campo de barro con una pelota casi a trozos y descalzo, era lo que tenía en la cabeza, con lo que soñaba.

Aquí en A Coruña somos un poco más de Bebeto que de Romario…

Sí, sí, lo sé (risas). Sé los grandes jugadores brasileños que han pasado pro el Deportivo. Bebeto, Mauro, Djalminha… Pero en aquellos años, cuando yo podía ver la tele, los partidos que ponían no eran del Depor, eran del Barça… Y como brasileño veías todo el tiempo los goles y las jugadas de Romario, Ronaldinho, Rivaldo…

Y cuando marque usted su primer gol con el Deportivo, ¿de quién se va a acordar de forma especial?

Me voy a acordar de mis dos familias, la que está en Brasil y la que está en Zaragoza. Se lo merecen todo. Están esperando que yo marque después de tanto sufrimiento, aguante… A los de Zaragoza, que me han cuidado desde que llegué a España., sobre todo a la mamá de mi representante, que es una señora mayor que siempre me ha tenido mucho cariño. También al papá. Que sepan que ese gol va a ser como un regalo a la entrega y todo lo que han hecho por mí.

Con esa pasión y ganas que desprende, ¿cuánto echa de menos a la afición en las gradas?

Más que mucho. El día del Pontevedra sólo fueron unos pocos y nos dieron el 200.000% de nuestra energía. Se nota en cada jugada, en cada acción; estábamos a todo. Gracias a Dios logramos la victoria y se la dedicamos. Ojalá pronto tengamos Riazor lleno. Si el otro estaban 500 y nos fue así de bien, con todo lleno será todo mucho mejor. Ojalá lo celebremos con ellos pronto. Se lo merecen, llevan mucho aguantando y esperando para ver a su equipo.