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LAS PALMAS - JUAN GUEDES (VI)

“Guedes mandaba con su sola presencia sobre el campo”

En el homenaje a esta leyenda de Las Palmas, Diario AS recaba los testimonios de Antonio Cruz y Segundo Almeida, históricos periodistas grancanarios.

“Guedes mandaba con su sola presencia sobre el campo”
Diario AS

En épocas de tanto hermetismo informativo, resulta imposible no sentir una envidia sana de aquellos tiempos pasados en que las relaciones entre futbolistas y medios de comunicación estaban perfumadas de la más absoluta normalidad, como nunca debió dejar de ser. “Tenía conversaciones con Guedes en el Estadio Insular después de los entrenamientos, en la salida de Preferencia del Estadio Insular, y la verdad es que era una persona muy entrañable. Daba gusto hablar con él”, relata con precisión Segundo Almeida, histórico periodista grancanario, acaso rememorando un escenario impensable a día de hoy.

Segundo Almeida.
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Segundo Almeida.Carlos Diaz-RecioDIARIO AS

Como motivo del 50ª aniversario del fallecimiento de Juanito Guedes, nadie se dirige a él sin el diminutivo, que se conmemora el 9 de marzo, Diario AS viene recabando desde el pasado martes distintos testimonios de testigos de primera mano de sus maravillosas andanzas futbolísticas. Para hablar del ‘Mariscal’, hoy hemos reunido los recuerdos de Antonio Cruz Domínguez y del propio Almeida, dos leyendas del periodismo grancanario, que tantos momentos compartieron con el histórico futbolista grancanario.

“Era una persona parca en palabras. Y tímido incluso cuando estaba en grupo”, recuerda Cruz Domínguez. “Sin embargo, (se ríe), en el campo era otra cosa”, remata.

Antonio Cruz.
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Antonio Cruz.

La leyenda de Guedes empezó a forjarse en Tamaraceite, cuyo campo de fútbol lleva hoy su nombre. A través de su familia política, Cruz compartió muchos momentos, desde tiempos inmemoriales, con el propio Guedes y los suyos. “Lo conocí desde sus tiempos en Tamaraceite porque él y su familia tenían muy buena amistad con un concuño mío y con Gustavo Suárez, que era un destacado comerciante de Las Palmas de Gran Canaria Tuve relación con él cuando todavía estaba empezando”, relata el periodista. En seguida sintió que estaba ante “una figura”: “Desde que era muy joven se hablaba de él como de una futura figura, y no cabe duda de que cuándo lo vi jugar ya se vio que iba para algo importante, como de hecho así fue”.

Segundo Almeida mantuvo también una estrecha relación con el mito a través de casuales encuentros en carreteras de la periferia de la capital grancanaria. “Éramos casi vecinos ya que él, Tonono y yo nos cruzábamos muchas veces en la carretera de Piletas y hablábamos de manera informal. Eso hoy no ocurriría, seguramente”, recuerda con precisión de cirujano.

Su juego.

Como también hizo Roque Díaz en este mismo serial, Cruz recuerda un hecho muy concreto de su juego. “Desde que estaba jugando en categorías inferiores en Tamaraceite ofrecía detalles. Tenía una gran visión de juego desde el centro del campo, y los lanzamientos largos que solía hacer a los extremos...”, evoca.

“Era un jugador elegante, con una pierna izquierda maravillosa”, cuenta un emocionado Segundo Almeida, eternamente acompañado por su bufanda de Las Palmas, dueña absoluta también de la cabecera de su cama. Destapando su infinita memoria, el recuerdo le lleva, para ilustrar cómo era el Guedes futbolista, hasta el viejo San Mamés: “La jugada que mejor recuerdo fue mi segundo partido como narrador, que me mandaron a San Mamés. El balón da en el larguero de Oregui y se le queda a los pies de Guedes. Juanito cogió el balón en el último minuto de partido, levanta la cabeza, ve a Gilberto I, que va corriendo como un gamo hacia la portería contraria y se la pone a unos 50 metros, con una precisión extraordinaria. Iribar salió a la desesperada y ya no llegó. Yo me volví loco gritando el gol y al día siguiente me dedicaron una viñeta en el periódico. Nunca lo olvidaré. Creo que fue la primera victoria de la UD allí. Por aquel entonces ya empezamos a brillar en España”. Allí estaba él como un clavo, siempre puntual a la cita con el micrófono con el que narró más de 1.300 partidos de su amado equipo.

Símbolo.

En su charla con AS, donde solo había que dejarse llevar para que fluyeran memoria y recuerdos, Antonio Cruz quiso también destacar el carácter de icono social que adquirió Juanito Guedes hasta que el cáncer sesgó su vida con apenas 28 años. Así, habla de él como “un símbolo de Canarias”: “Era un auténtico defensor de Canarias y de Gran Canaria. Vivió una época en que no es como hoy, donde la política es abierta y no tan cerrada como entonces. Era un símbolo de la canariedad porque era grancanario, defendía Gran Canaria y defendía también a Canarias. Simpatizaba mucho con al Tenerife cuando no jugaban (se ríe). Se sentía canario y de las siete islas”.

Así, tanto Almeida como Cruz destacan que su fallecimiento y posterior sepelio se convirtieron en “un acontecimiento social”. “Incluso los medios de comunicación se volcaron sobre el tema. Fue la gran noticia no solo a nivel insular y local, sino también nacional”, asegura. Insiste, además, en el carácter masivo de la despedida de su amigo: “Unos por curiosidad, otros por admiración, otros por respeto y otros por agradecimiento. Efectivamente, aquello fue uno de los fenómenos masivos más importantes que he visto en Las Palmas de Gran Canaria. No llegó por supuesto a lo de la Universidad (se ríe). Aquello fue toda la isla. Para Guedes fue multitudinaria. Tuvimos la desgracia de que al poco tiempo se nos fue Tonono, cuando Arucas se cubrió de gente”. Eran, claro, “otros tiempos”. El fútbol lo polarizaba todo. Y eso que Gran Canaria también se destacaba por otras disciplinas. “Eran otros tiempos. El fútbol abarcaba y la gente l consumía más como actividad deportiva. Hoy hay baloncesto, lucha canaria, sobre todo los deportes náuticos, los que más gloria le han dado a Canarias, especialmente a Gran Canaria. Y el boxeo, con campeones nacionales, de Europa y del Mundo”, remarca.

Tampoco Almeida puede olvidar la multitudinaria despedida del ídolo. “Me fui a Pío XII y no cabía un alma desde el Hotel Santa Catalina hasta el club; todo estaba repleto. Era incalculable el número de personas. La cantidad de gente era inmensa. Tenía un carisma tremendo, era un gran jugador y una gran persona”, relata

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Diario AS

Ni que fuera una premonición, Cruz recuerda una conversación con otro histórico del periodismo insular como Antonio Lemus, también fallecido, en la que empezaron a ser conscientes de que la enfermedad le acabaría jugando a Guedes la pasada más mala de todas. “Recuerdo un partido, contra el Espanyol, el último que él jugó. Entonces, me sentaba en el palco junto a Antonio Lemus. Me llegó a decir con lágrimas en los ojos: “Antoñito, este es el adiós de Juan Guedes”. Y efectivamente, lo era. Después desgraciadamente, el proceso fue rápido”, rememora. “Desgraciadamente, el proceso fue rápido. Nos queda la memoria de uno de los grandes. No digo el más grande, pues creo que en fútbol no hay uno más grande sino muchos, como en el caso de Las Palmas”, terció también.

Siempre quedará pendiente la respuesta de qué hubiera sido de Juanito Guedes si Gran Canaria no hubiera estado tan ‘lejos’ de la Península. “Estoy seguro de que si los viajes de entonces hubieran sido más frecuentes, con los aviones de hoy, y el calendario de la selección fueran tan nutrido en encuentros como en la actualidad, hubiera alcanzado fácilmente el medio centenar de internacionalidades, como poco”, apuesta. Es probable que ganara. El padre de Toni Cruz, hoy director deportivo del Albacete, va más allá a la hora de comparar épocas. De Guedes hasta Messi, la evolución del fútbol aniquila comparaciones para este admirador de Alfredo Di Stéfano. “¿Cómo puedes catalogar a un jugador como el mejor de la historia cuando, por ejemplo, los sistemas que se empleaban eran tan diferentes? Llegaban a ser un portero, tres defensas, dos medios y cinco delanteros. Cómo han variado la táctica y la técnica en el fútbol”, dice. Y añade: “En estos momentos sí puede ser Messi el mejor del mundo. La pena de Juan Guedes fue la distancia. Antes había más distancia porque los aviones no eran tan rápidos como hoy. En esa zona del campo, el mediocentro, había otros jugadores que destacaban, pero él hubiera sido un titular indiscutible por muchos años en la selección española”.

Preguntas que quedan en al aire en este mundo que cambia continuamente las respuestas. Si nos referimos a Guedes, todas ellas coinciden: una zurda de oro y un respeto imperial. Y el aura propia de los grandes mitos, allende el fútbol en este caso, que se mantiene intacta 50 años después de su muerte. Larga vida a Juanito Guedes.