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El mito Iribar cumple 78 años

El actual embajador del Athletic posee el récord de partidos en la historia del club: 614, una cifra al alcance de muy pocos. Un portero de talla mundial.

Iribar, en San Mamés
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José Ángel Iribar Kortajarena es el mayor mito que tiene el Athletic en su larga historia y uno de los mejores porteros que se han visto jamás en el fútbol. Hoy cumple 78 años y actualmente desempeña el cargo de embajador de la entidad roijiblanca. Puede decirse que la sombra del 'Txopo' sigue siendo alargada. Desde su retirada en 1979 forma parte de la leyenda. Y sus números como león son tan imponentes que será difícil batirlos. Acumuló 614 partidos oficiales a lo largo de 18 temporadas desde su debut el 23 de septiembre de 1962, el mismo día que lo hacía Fidel Uriarte, otra leyenda, quien hoy habría cumplido 76 años.

Su currículo no solo se resume en números, aunque ahí van unos cuantos con los que sueñan los jugadores de ahora: 466 partidos de Liga, 93 de Copa, 6 de Recopa y 49 de UEFA. Conquistó dos Copas (1969 y 1973) y un Trofeo Zamora (1969-70). Fue internacional en 49 partidos desde que debutó en marzo de 1964, año en el que ganó la Eurocopa de selecciones, enfrentándose en la final del Bernabéu a la URSS y a otro portero legendario, Lev Yashin, la 'Araña Negra', al que admiró siempre y del que copió el saque con la mano para enviar el balón lejos, casi en un contragolpe, y su indumentaria negra.

Estampa legendaria de Iribar en un entrenamiento
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Estampa legendaria de Iribar en un entrenamiento

Iribar nació en Zarautz el 1 de marzo de 1943, Llegó en 1961 al Basconia a cambio de ocho mil pesetas y una habitación en una pensión de Basauri. Sus actuaciones llamaron la atención del Barcelona, que le planteó una oferta, pero Iribar ya tenía decidido fichar por el Athletic. Lo hizo en 1962. Debutó como león a las órdenes de Ángel Zubieta, con una derrota frente al Málaga CF (2-0). Los goles los había encajado Carmelo, una institución a quien Iribar sustituyó a la hora de partido.

Entre las imágenes parea la posteridad que dejó fue su estampa sobria alargada y con la camiseta negra. El 29 de mayo de 1966 llegó un momento cumbre, cuando, pese a perder una final de Copa ante el Real Zaragoza, la afición bilbaína lo sacó a hombros y le puso una txapela para agradecerle su actuación cantándole aquella cantinela que ya ha quedado para siempre: "Iribar, Iribar, Iribar es cojonudo, como Iribar no hay ninguno".

Jugó su último partido oficial el 11 de noviembre de 1979, en Las Palmas y se retiró con su discreción habitual en 1980. Es el único portero de la historia que disputó 18 Ligas consecutivas con un mismo equipo. Después comenzó una etapa como entrenador, no tan fructífera. Su enorme legado había llegado vestido de corto.