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RACING | EL ALARGUE

A veces, cuando haces las cosas bien, salen bien

La remodelación de enero ha puesto una plantilla muy competitiva en manos de Solabarrieta, que además se ha abrazado al 4-2-3-1 que venían reclamaban muchos

Santander
A veces, cuando haces las cosas bien, salen bien
AiolDiario AS

Solo dos meses

Ningún entrenador ha tenido peor puesta en escena que Aritz Solabarrieta. El 3 de enero hizo el ridículo, él y su equipo, en Zubieta. Primero porque dejó que le susurraran al oído un once absurdo, con Maynau y Benktib de titulares ('porque yo lo valgo'), con un 4-3-3 que ya había demostrado desde el principio de la pretemporada que no funciona con estos jugadores y ya, para rematar, desplazando a Bustos a la derecha para poner a Cedric de extremo izquierdo, quien a su vez dejaba a Balboa el hueco como delantero centro. Lo mejor de aquello es que el de Ondarroa tardó 45' en hacerse mayor, olvidarse de susurros y empezar a tomar decisiones propias. Ahora, dos meses después, ha largado a cuatro de los titulares de aquel día, juega con doble pivote, aunque a sus jefes les salgan sarpullidos, y pone a los buenos en su sitio natural. Lo que venía pidiendo el racinguismo, vamos. Eso, y que Pedrín esta vez sí ha acertado con los fichajes.

Un golpeo de tronío

Ahora mismo, tal y como andan Patrick Soko y Álvaro Bustos, Álvaro Traver tiene en chino entrar en el once inicial, eso es evidente. Como también lo es que cada vez que entra al terreno de juego (y en los entrenamientos, en los que ha ayudado a elevar el nivel) Traver demuestra que tiene fútbol en las botas. Especialmente el golpeo es digno de mjor causa. No hace mucho el Racing fichó en el mercado invernal un futbolista que tenía también ahí su mejor virtud, Santi Jara. Aunque es verdad que en el playoff decisivo se vino abajo, los primeros meses de Jara le sentaron muy bien a aquel Racing. Álvaro Traver da una seguridad importante en caso de que los extremos bajen su nivel. Eso sí, parece que los minutos a Marco Camus se le han puesto todavía más caros.
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No puede ser tan bueno

Lo que llevamos visto de Riki en el mes escaso que lleva de racinguista es asombroso. Tanto, que si este es el auténtico nivel del ovetense no se explica que le hayan dado bola en el Real Oviedo, que no anda sobrado en Segunda. De todos modos, a veces hay jugadores que caen de pie en un sitio, se sienten queridos, importantes y se crecen. En un mes ya ha jugado más minutos de Liga que toda su vida en el Oviedo, pero lo mejor es que los ha jugado muy bien, extraordinariamente en tres de los cinco partidos y ha marcado, siendo pivote, dos goles. La misma cifra que anotó en toda la campaña 18/19 en el Langreo o en la temporada pasada entre Oviedo y Oviedo B. Pero lo más importante de su llegada al Racing ha sido el 'clic' que ha hecho que todas las piezas encajaran. Dicen que Nelson Mandela hacía mejores a todas las personas que le rodeaban, no sé si Riki llega a tanto, pero desde luego les hace mejores futbolistas.

Hace camino al andar

Desde principio de temporada los delanteros del Racing han tenido la lupa sobre su rendimiento y, la verdad, no han salido muy reforzados de ese análisis tan exhaustivo. En el caso de Cedric, cuyo fichaje no generó la más mínima polémica, por su rendimiento pasado en la categoría, se echa de menos capacidad de desborde, de ganar duelos, de generarse ocasiones él solo. Eso sigue siendo así, pero también es verdad que, poco a poco, sin hacer ruido, va haciendo sus números. Ya está en cuatro goles, suma tres asistencias y da la sensación de ir subiendo su nivel. Bien es verdad, claro, que con el nivel que están dando los cuatro jugones que tiene por detrás, el delantero centro debe acabar siendo el gran beneficiado. A la espera de saber si Luan Capanni es galgo o podenco y con Jon Ander saliendo de una lesión, con los dos goles en las dos últimas jornadas, goles de estar allí, de '9', lo que ha hecho Cedric es poner más complicado quitarle el sitio. Bueno para el equipo.
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