La coraza de Las Palmas
El equipo de Pepe Mel no ha perdido esta temporada, de momento, ningún partido en el que empezara marcando. El Cartagena fue su última víctima.
Por ser, es Las Palmas un equipo irregular, inconstante en su rendimiento, capaz en apenas unos días de lo mejor y lo peor. Casi todo al mismo tiempo. Lo mismo le gana a los tres mejores equipos de la categoría de una tacada que suma tres derrotas seguidas que hacen tambalear ideas y quien sabe si proyectos.
Son muchas, claro, las virtudes del equipo de Pepe Mel. Pese a la juventud de la plantilla grancanaria, el equipo gana en madurez, cada vez más sólido, cuando se trata de asegurar los puntos con el marcador a favor. Así, cuando ya se han tachado 26 jornadas del exigente calendario liguero, el equipo amarillo jamás ha claudicado en ningún partido en el que haya empezado ganando.
Un buen susto se llevó en la 2ª jornada cuando se puso 2-0 ante el insistente Fuenlabrada, que se las prometía muy felices con el 2-3 hasta que Clau Mendes firmó el empate en el minuto 90. Dos semanas después, también en el EGC, se puso 2-0 ante el Logroñés, que ‘solo’ pudo acortar distancias con un pírrico gol. Acto seguido, tras un empate a cero en Málaga, Las Palmas encadenó dos victorias seguidas en Gran Canaria, ante Almería (2-0) y Castellón, que puso el 1-1 antes de que Rober hiciera el definitivo 2-1.
Semanas más tarde, en Girona y ante uno de los equipos más potentes de la categoría, la UD fue capaz de aguantar las embestidas rivales tras el gol de Sergio Ruiz, llevándose finalmente un empate que bien podía saber a gloria, refrendando las buenas sensaciones con la victoria en el derbi canario, ante el Tenerife, que llegó una semana después.
Ante la santísima trinidad de la categoría, Las Palmas siempre marcó primero y quedarse con los tres puntos ante Espanyol, Mallorca, incapaces ambos equipos de marcarle ni siquiera un gol, y Leganés, al que doblegó 2-1, con gol de penalti de Aridai, tras haber igualado Rubén Pardo el tanto inicial de Sergio Ruiz.
De momento, la última víctima de la coraza de la Unión Deportiva fue el Cartagena, que apenas generó peligro para mover el 2-0 que habían sellado Maikel Mesa y Pejiño.