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SELECCIÓN

Del Bosque y la tregua de las camisetas que nunca fue

El exseleccionar nacional ha tomado parte en el 16º Congreso de Fivestars, donde ha compartido sus técnicas sobre el manejo de vestuarios. Además de una curiosa anécdota sobre los Clásicos.

Vicente del Bosque, Iker Casillas y Xavi Hernández.
JUAN FLORDIARIO AS

Vicente del Bosque ha pasado a la historia como uno de los entrenadores más exitosos de nuestro fútbol. En el Real Madrid de los Galácticos, primero, y en La Roja, después, demostró que tener un perfil menos sonoro mediáticamente encajaba perfectamente como director de orquestas cargadas de estrellas. Con los blancos, el equipo de su vida, logró que los egos no chocasen y, con su marcha, el club pasó por una etapa complicada que acabaría con la dimisión de Florentino Pérez. Con España, heredaba al último campeón de la Eurocopa, un caramelo al cual quitó el posible veneno a base de éxitos y mano izquierda.

Sobre esta última etapa como seleccionador nacional ha girado su participación en el '16º Congreso Internacional de Fivestars', centrado en el fútbol de élite. "El papel de entrenador en la dirección de un equipo campeón del mundo" era la temática de la ponencia. En ella, el salmantino recordó uno de los momentos más complicados que vivió desde que tomase el timón de un barco que Luis Aragonés le entregó cuando iba a toda vela. Entre el Mundial de 2010 y la Eurocopa de 2012, los duelos entre Madrid y Barça se convirtieron en la 'Tormenta de Clásicos'.

Cuando Mourinho llegó al Real Madrid (2010), la rivalidad cultivada con Guardiola de su época del Inter tomó la Liga española, y a lo largo de los años se sucedieron enfrentamientos dialécticos entre ambos entrenadores, potenciando aún más la rivalidad. Todo ello incrementó la tensión entre los jugadores, hasta el punto de que Iker Casillas hubo de llamar a Xavi Hernández para tratar de llevar paz a los vestuarios, pues se llegó a temer que las fricciones afectasen a los ya campeones de mundo y aspirantes a su segunda Eurocopa. "En los Clásicos con Mourinho no había rivalidad, había odio", dijo Iniesta en 'Salvados' tiempo después. En tanto que Ramos se aventuraba a afirmar en plena 'tormenta' que "los Clásicos no rompaerán el ambiente de la Selección". Finalmente, el camero tuvo razón y todo aquello quedó en anécdota.

Apaciguar la 'Tormenta'

Aunque como bien reconocía Del Bosque en el 'Congreso de Fivestars', esa rivalidad le llegó a preocupar tanto que hizo uso de la psicología deportiva. "Acudí a un especialista y me dijo: 'Mira Vicente, lo mejor que puedes hacer es que cada uno venga con la camiseta que traiga de su equipo y cuando llegue a la puerta del vestuario se la quitas y las cuelgas en un perchero. Cuando llegues dentro le das a todos la misma camiseta'. Era una forma de darle visibilidad a algo. Yo me apoyé en la figura de un psicólogo para atacar ese asunto", explicó el exseleccionador.

Sin embargo, aunque convencido de la eficacia del tratamiento, decidió no ponerlo en práctica: "No lo hice, me dio apuro hacerlo, pero creía firmemente que eso iba a resultar bien. Afortunadamente todo fue bien e incluso a dos de ellos les dieron el premio Príncipe de Asturias (los propios Casillas y Xavi, en 2012) y salimos reforzados". Como entrenador, la manera de conducir ese tipo de situaciones es la que te mantienen sobre el cable y no te hace caer, pues los técnicos han de ser consumados funambulistas en el fútbol actual.

Las claves del éxito

Para mantenerse firmes, hay que lograr "que los jugadores parezcan que tienen el mando, pero que sea el entrenador el que marca las directrices". Esa es una de las pautas que señalaba en su ponencia Del Bosque. "Hemos ganado y hemos perdido", añadía tras enumerar el compendio de éxitos logrados a nivel de club y selección. "Esa es la paradoja del deporte. En la vida hay que acostumbrarse a perder. Hay que luchar por no perder, pero acostumbrarse e intentar educar a los jóvenes en la derrota, que es lo más difícil".

En ese papel educativo, Del Bosque es un maestro y no tiene palabra negativa para ninguno de sus pupilos, ya sea en el Madrid o en España: "Hemos tenido jugadores muy buenos y que han tenido un comportamiento excelente y tendría que escarbar mucho para encontrar uno que no lo haya tenido. Con nuestra forma de ser no hemos tenido problemas de comportamiento". En definitiva, "hay que darles buen ejemplo".