Se cumple un año de la traumática salida de Braithwaite del Leganés
El 20 de febrero de 2020 el Barça pagó la cláusula del delantero danés (18 millones) para recambiar al lesionado Dembélé fuera de mercado. La herida aún supura en Butarque.
Cerró al salir, educado y agradecido, pero el portazo, al contrario de lo que cantaba el maestro Sabina, no sonó a signo de interrogación, sino a certeza rotunda y dolorosa. Todo con tintes de injusticia que dejaban, muy al fondo del paladar, el buqué de un temor más adelante confirmado. La marcha de Braithwaite del Leganés, de la que se cumple hoy un año, fue un empujón casi definitivo para que los pepineros descendieran a Segunda. Y todo en medio de una impotencia que pocas veces ha paralizado Butarque como lo hizo esta operación.
El resumen de aquella marcha es legalmente sencillo, pero moralmente complejo. El FC Barcelona dio de baja Dembélé por una lesión de larga duración (más de cinco meses) y se agarró al artículo 124.3 de la Federación Española (RFEF) para incorporar a un sustituto que, como decía aquella norma ahora modificada, debía ser sólo competir en España.
Cambio del artículo 124.3
Esta regla se elaboró en su momento para reemplazar jugadores lesionados por mucho tiempo fuera del mercado y se concibió dando por sobreentendido que habría acuerdo entre clubes. Sin embargo, la necesidad del acuerdo no se explicitaba en el texto. Como la legislación española también ampara el derecho del futbolista a salir de un club previo pago de una indemnización, el Barça activó el fichaje del danés por el pago de su rescisión sin que tuviera que llegar a un acuerdo con el Leganés.
El artículo 124.3 nada decía de este supuesto y no dejaba opción alguna al equipo al que le arrebataban al futbolista a fichar un recambio. Así que el Barça encontró un sustituto para Dembélé (en verdad para Luis Suárez, lesionado en enero, pero entonces el club no quiso fichar) y dejó al Leganés con un gravísimo problema que la propia RFEF se negó a enmendar.
Los pepineros reclamaron un permiso especial para encontrar un recambio (era Bacca, había acuerdo con el Villarreal) pero se negaron amparándose en que la norma no lo permitía y que los reglamentos se modificaban a final de curso. Así sucedió. La RFEF modificó el artículo 124.3 para permitir fichajes fuera de mercado sólo si el jugador contratado está sin equipo.
La herida aún escuece en Butarque
Para entonces el daño (enorme) ya estaba hecho en un Leganés que entonces apenas alzó la voz y prefirió la vía de la prudencia institucional al pataleo impotente. La opinión más crítica fue la de Txema Indias, director deportivo, que entonces ya calificó de movimiento “poco ético” este fichaje.
Recientemente, en una entrevista en AS, recordó la salida de Braithwaite a propósito del malestar del Barça por las declaraciones del PSG que sitúan a Messi cerca de los galos. “Me hace gracia esas cosas después de que nos empujaran a Segunda”, afirmó.
Entre tanto, en Butarque pocos son los que reprochan a Braithwaite que aprovechara la ocasión de salir al Barça en un movimiento que jamás habría soñado, pero sí que existe (al menos entre los aficionados) un profundo sentimiento de desapego por cómo, desde entonces, en sus redes sociales o manifestaciones públicas el delantero no haya recordado jamás al Leganés.
Como si su etapa de pepinero jamás hubiera existido. Un año de blanquiazul sin el que, a ciencia cierta, no habría podido cumplir lo que parecía un sueño imposible: que algún día luciera el 9 del FC Barcelona.