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LOGROÑÉS

Crisis blanquirroja

El Logroñés lleva seis de los últimos 36 puntos en juego, con cuatro sobre el descenso, mientras se cuestiona cada vez más a Sergio Rodríguez.

Crisis blanquirroja
FERNANDO DÍAZ

Seis puntos de los últimos 36 posibles. Un triunfo en los 13 duelos más recientes. Cuatro goles a favor y 22 en contra. Y sin anotar en diez de esos últimos 13 partidos. Los números, como el algodón, no engañan. El Logroñés se encuentra en caída libre, y sólo el colchón de las seis victorias consecutivas le permite permanecer aún cuatro puntos por encima del descenso. No sólo eso. El entrenador, Sergio Rodríguez, y sus futbolistas ofrecen signos claros de nervios, desgaste y cierta indolencia. De su capacidad para revertir la situación dependerá el futuro del club en su primera experiencia en Segunda, aunque la continuidad de Sergio se cuestiona cada vez más.

La Unión Deportiva Logroñés se salió en el mes de noviembre. Pleno de éxitos, 18 puntos y Leo Ruiz, autor de cuatro tantos, nombrado MVP de LaLiga SmartBank. Roberto Santamaría enlazó cinco choques sin encajar. Sin embargo, el delantero colombiano no marca desde el 15 de aquel mes y el portero navarro se lesionó, sin recuperar la titularidad hasta el domingo, en Alcorcón. El acierto en ataque y la solidez defensiva dejaron paso a una falta alarmante de pegada y a una inseguridad atrás igual de preocupante. De un bloque de cemento armado, incómodo para cualquiera, a un azucarillo en disolución, un dulce para los rivales.

Los errores en las áreas penalizan a los riojanos, inmersos en la peor dinámica de la categoría. El mensaje también ha cambiado. Pese a los malos resultados, Sergio Rodríguez apelaba a que el equipo se había ganado "una posición holgada en la tabla". Ahora afirma que, si no vuelven a sumar de tres en tres, "habrá serios problemas". La racha triunfal sostiene al Logroñés, pero le acomodó. Con 29 puntos y el umbral de 50 en el horizonte, en los 17 encuentros restantes el margen para fallar se reduce día a día y necesitará al menos 21 puntos más, traducido en siete victorias. No parece el mejor panorama para un recién ascendido tan irregular y que sigue sin un once definido ni blindar Las Gaunas.

Nano Mesa y Dani Pacheco llegaron en el mercado de invierno para intentar arreglar la sequía goleadora. El canario, aunque sin tino, se ha mostrado como el futbolista más incisivo junto a Paulino. El malagueño todavía no ha debutado. Su caso aún no se asemeja al de Van la Parra, un fracaso de la dirección deportiva, rescindido tras 116 minutos, pero choca que se prescinda de él con tantas carencias ofensivas. Jugadores llamados a marcar diferencias han salido de las alineaciones, como Bogusz, o rinden a un nivel bastante inferior del esperado, como Clemente, Álex Pérez, Medina, Andoni o Leo Ruiz. Mientras Sergio confía en los hombres que subieron de Segunda B (algunos atropellados por el ritmo del peldaño superior), los nuevos no terminan de dar el salto de calidad. Faltan recursos, dentro y fuera. La baja por lesión de Iñaki, el capitán y alma del grupo, influye muy negativamente. Lo positivo, que el Logroñés probó que compite, la renta (exigua) sobre el descenso y que queda espacio para reaccionar. Pero la reacción debe producirse ya.