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ATHLETIC

El nuevo Athletic de Marcelino: 9 jugadores, 17 pases, 39 toques, 40 segundos y... gol

Núñez sacó raudo una falta y un suspiro después hubo gol. Era el 0-3 dentro de un 0-4 al Cádiz. Una obra de arte rojiblanca y la confirmación de que las cosas han cambiado con el nuevo técnico.

15/02/21  PARTIDO PRIMERA DIVISION 
 CADIZ - ATHLETIC DE BILBAO 
 ISAAC E IKER MUNIAIN
ALVARO RIVERODIARIO AS

Núñez sacó raudo una falta. 40 segundos después, el balón se alojaba, manso, en la meta de Ledesma. Era el 0-3 del 0-4 del Athletic al Cádiz. Una obra de arte rojiblanca y la confirmación de que las cosas con Marcelino son de otra manera. Por el momento, mejores. Entre otras razones por lo que ocurrió en esos mágicos 40 segundos. Una elaborada jugada, al mas puro estilo tiqui taca, algo tan alejado a lo que suele ser el Athletic, en la que 9 futbolistas realizaron 17 pases y dieron 39 toques para que el capitán Muniain y un Berenguer en estado de gracias rubricasen una acción coral para el recuerdo.

La jugada fue excelsa y la finalización sublime. Un toque como mirando al tendido de Muniain y un control orientado dándose la vuelta con picadita final a la salida del portero para el segundo de la tarde de Berenguer.  Antes, un toque de Núñez para iniciar la jugada y continuidad a dos toques de Vesga para Muniain, que recibió una tarascada tras la recepción. Continuó el capitán cambiando de dirección para empezar a profundizar. Raúl García condujo a la zona ya peligrosa y entre los tres navarros, Capa y Unai López marearon a los de amarillo con amagos y paredes, amenazando siempre la espalda de la defensa local.  Unai vio mucha gente en poco espacio y abrió largo, perfecto, hacia el otro lado, el izquierdo, donde esperaba Yuri afilado. El de Zarautz retó a su par, le rodeó conduciendo y buscó a Williams al borde del área.

El ariete descargó sobre Muniain, quien a medida que la jugada iba mejorando intentaba olvidarse del golpe sufrido en el inicio. Y ya se olvidó del percance cuando le llegó el balón de Williams. Ahí buscó el desmarque de Berenguer, que se lo señalaba. Le llegó el regalo al destinatario, que lo desenvolvió y sacó de él una definición 'messiánica'. Un golazo para el recuerdo y la confirmación del 'efecto Marcelino' también en Liga. Lo necesitaba el Athletic, últimamente más cerca del descenso que de Europa.

Aunque, feliz, muy feliz, por su trayectoria copera. La que le ha procurado un título y dos finales. En dos semanas buscará la tercera. Con fútbol y goles como el de Cádiz le costará menos. El tercero del 0-4 fue magistral.