Triquiñuelas, corrupción, curanderos... El fútbol africano, desde dentro
Toni Cosano, entrenador español de Petro, descubre en AS las excentricidades del fútbol africano antes de debutar en una nueva edición de la Champions.
Más de 100 españoles están al mando de un club extranjero, pero tan solo uno tendrá la fortuna de competir esta temporada en la Liga de Campeones de la CAF (Confederación Africana de Fútbol). Toni Cosano (Hospitalet de Llobregat, 1997) ocupa desde mediados de 2019 el banquillo de uno de los equipos más importantes de Angola, un Petro de Luanda que, hasta la llegada del español a su banquillo, encadenaba 20 años sin codearse con los mejores equipos de África. De hecho, Petro es ya el primer club angoleño en clasificarse para dos ediciones consecutivas de la Champions. Las dos con Cosano en la banda. "Tiene mucho mérito. Demuestra que estamos haciendo las cosas bien. Angola no es, ni mucho menos, una de las potencias de África, pero ahí estamos. Para nosotros es una responsabilidad representar al país. Los aficionados lo valoran y la prensa lo destaca. Jugaremos con prudencia, respeto y humildad", descubre el preparador catalán antes de visitar a Horoya, campeón de Guinea, en la jornada inaugural del torneo.
Su grupo lo completan el Wydad marroquí, "uno de los clubes más grandes del continente", y Kaizer, "que juega en una de las ligas más competitivas de África", la sudafricana. "Pasar será complicado. Si cualquier eliminatoria previa ya es difícil, estar entre los 16 mejores clubes africanos significa que no te vas a encontrar con ningún rival sencillo", analiza Cosano, quien ya sabe que se tendrá que lidiar con muchas de las triquiñuelas que rigen en la Champions de la CAF: "Desde que no te dejen entrenar hasta que te retengan dos o tres horas en el aeropuerto diciendo que hay un problema con los pasaportes. No está demostrado que lo hagan para desestabilizar, pero que se vaya la luz en la ciudad deportiva de un equipo que juega Liga de Campeones es sospechoso. También hay guerra psicológica. Eso pasa también en Europa, pero aquí es más bestia". Cosano asegura que "te acabas adaptando". En la mayoría de ocasiones intenta evadirse, pero también procura que Petro contraataque de vez en cuando: "Si en Marruecos es invierno y aquí tenemos más de 30 grados, cuando nos visite un club marroquí vamos a jugar a las 14:00. La CAF nos deja elegir entre varios horarios, así que eso es legal. A veces le pincho al presidente para intentar fastidiar al rival porque es algo que nosotros sufrimos cada 15 días, pero él es muy serio. Y me parece bien. Quiere cambiar el fútbol africano y lo hace dando ejemplo".
A pesar de los piques, Toni Cosano exprime al máximo sus experiencias en una competición "especial" como la Liga de Campeones de la CAF. "Para muchos futbolistas es un escaparate a través del cual conseguir un futuro mejor", añade el español, quien cree que Angola precisa de más "organización e infraestructuras" si quiere equipararse a muchos de los equipos con los que se encontrará en la máxima competición continental: "Todo es mejorable, incluso cosas tan básicas como los balones o la nutrición de los futbolistas". Cosano destaca la corrupción como una de las grandes lacras de la Girabola (Primera División de Angola): "Aquí no siempre juegan los chavales con más talento, sino los que está dispuestos a pagar parte de su salario a quien decide el 11 titular". El catalán añade que, cuando dirigía la academia de Petro, "algunos de mis jugadores dieron el salto a Primera y, de repente, dejaron de jugar". ¿El motivo? "Me dijeron que el míster les había dicho que, o le pagaban el 50% de su salario, o no jugaban. A mí mis padres me han dado una educación y se me caería la cara de vergüenza por hacer algo así. Conmigo juega quien se lo gana en los entrenamientos. Ni siquiera sé lo que cobra cada uno. Es algo que no me importa".
La corrupción no es, sin embargo, el único mal que azota al fútbol africano. "Yo soy ateo, pero entiendo que los futbolistas crean en Dios y piensen que, si ganan un partido o marcan un gol, es gracias a él. Lo que es excesivo es el tema de los curanderos", descubre Cosano. "Hay gente que le paga a un señor para que le haga un ritual en el que le asegura que va a marcar gol. Sé de futbolistas que se han arruinado yendo de curandero en curandero. Algunos les aseguran que no se van a lesionar si les pagan periódicamente. Es sucio y cutre", apostilla el español, para quien el tema reviste gravedad cuando lo que está en juego es la salud: "Sé de jugadores que no van ni al médico ni al fisioterapeuta. Y si van es porque el club les obliga. Ellos, para recuperarse, acuden al curandero". A pesar de no estar de acuerdo con la práctica, Toni Cosano es consciente de que los curanderos forman parte de la cultura africana. Por ello intenta respetarlo mientras procura que su impacto en la plantilla sea mínimo. Y su método es eficaz: tras nueve jornadas, Petro, el único representante angoleño en la Liga de Campeones de la CAF, es también el líder de la Girabola. Los 'petroleros' encadenan 12 años sin reinar en Angola, pero la reconquista está cada vez más cerca.
La Covid-19 también juega la Champions
Toni Cosano sabe que la Covid-19 puede jugar un papel fundamental en la Liga de Campeones de la CAF, aunque, al menos de momento, su impacto no es tan latente como en Europa. "En Angola se vive el día a día con normalidad. Está claro que se hacen menos pruebas que en España, pero si el número de enfermos y muertos fuera alto no habría como esconderlo. Si la gente se muere en masa se sabe, y aquí eso no está pasando", descubre el entrenador de Petro de Luanda, a quien no le preocupa tener que viajar a Sudáfrica, origen de una nueva cepa, durante la fase de grupos de la Champions: "Al volver, tendremos que esperar una semana y hacernos la PCR. Si da negativo podremos hacer vida normal". Cosano está obligado a pasar dos test semanales. No así los futbolistas que ya han superado la enfermedad, "que solo se someten a una serología para comprobar que siguen teniendo anticuerpos". El de Hospitalet disfruta de Angola sin dejar de mirar a España, donde aguardan sus padres y sus dos hermanos, ambos sanitarios. Puede que pronto les acompañe porque, tal y como desvela a AS, necesita "un cambio de aires".