La RFEF promociona la Copa con Banderas, Chiquito o Picasso
Los tres ilustres nombres malagueños han formado parte en la campaña de la RFEF para promocionar la final de la Copa de la Reina de manera indirecta.
"Con permiso de Antonio; hoy, ondearán nuestras banderas", "A Pablo le hubiera encantado" o el "Sr. "Mor" nos cede su casa de conde para una final de reina" son algunos de los mensajes elegidos por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para animar al aficionado a unirse a una cita única: la final de la Copa de SM la Reina que tendrá lugar este sábado en el estadio La Rosaleda de Málaga y que será retransmitida, a partir de las 17.30 horas, por Teledeporte.
Desde la RFEF han acudido a los nombres más ilustres de Málaga para darle visibilidad a la gran final entre el Barça y el Logroño. Una final que tendrá lugar una temporada más tarde, tras haber tenido que ser suspendida por la COVID-19. Así, en mitad de una nueva campaña, ambos equipos pelearán por dar a conocer el gran campeón copero de la 2019-20.
"Si la vida fuese otra, normal, la ciudad abrazaría al visitante y el aficionado azulgrana o riojano podrían darse un paseo al sol suave del invierno malagueño. Desde la Farola hasta Larios, y subiendo por Uncibay. O rodeando la Manquita para presentar respetos a reyes y reinas de otros tiempos, a los pies de Gibralfaro", empieza el ente federativo su campaña, en la que nombran a uno de los malagueños de mayor prestigio nacional e internacional: Antonio Banderas.
"A las puertas del Albéniz, donde vive Antonio, protagonista de la campaña, unos y otros se sentarían al Pimpi a esperar que se apagaran las luces y alguien gritara "acción". Mirarían al cielo. Y verían banderas. Porque en tierra de Antonio, simplemente Antonio, ondearán este fin de semana de febrero sin carnaval las banderas de FC Barcelona y EDF Logroño", publican desde la RFEF en un comunicado promocional que continua de manera original con las siguientes palabras:
Frente a la Alcazaba, en un paseo por la calle Granada hasta la Merced, donde habita la niñez de Pablo, quién se atrevería a no imaginar cómo pintaría el genio un balón de fútbol, unas botas de tacos, un golazo por la escuadra.
Bajando por Alamos y Carretería, el aficionado que hoy se guarda en casa, protegido, cruzaría el río hacia la Trinidad, saludando al Cautivo antes de preguntar en la Calzada si está Gregorio, don Gregorio. Pepita, su mujer, le diría: "Vete al Chinitas, fistro".
Y ahí, el aficionado tendría que pensárselo: si "tirar para el centro" o rodear hacia Martiricos. Unos chistes de Chiquito o una final de Copa (la Copaaaarrrr). Tocaría decidir. Que todo, a la vez, como dice el ilustre pecador de la pradera, "no puedo, no puedo".
Hoy, que nuestros días son escasos de chiste, nos queda el fútbol. Así que la gran cita está en La Rosaleda, entre cirros y gaviotas, en azules, verdes, granas y morados, al calor de un balón de fútbol y un partido con letras mayúsculas: la final de la Copa de SM la Reina.