El Lugo resiste al Espanyol
Los locales se adelantaron y fueron mejores en la primera parte. El Espanyol, en segunda posición, no sale del bache y suma tres jornadas sin ganar.
El Espanyol ya conoce el Anxo Carro, que equivale a recibir un máster sobre lo que es la Segunda División. Puede que los pericos, envueltos en un bache inesperado, estén descubriendo lo que esconde la categoría de plata en modo diferido. Cada partido, una emboscada. Cada rival, una guerrilla. Y en eso el Lugo, y en su casa, es un maestro.
Ambos plantearon el partido con sus mejores galas. Nafti no se achicó y juntó a Valentín con el “Puma” Rodríguez buscando correr y Vicente Moreno tampoco quiso dar descansos ni rotaciones. El inicio recompensó al Lugo con un gol a los nueve minutos a la salida de un corner donde Campabadal reventó el balón suelto que nadie pudo despejar. Cantero tuvo que lucirse ante el empuje visitante. Dominaban los de Moreno la bola, pero el Lugo no le perdía la cara al partido buscando una contra en la que aprovechar su velocidad. Hugo Rama la tuvo, pero Diego López metió una mano excelente. No hubo reposo en una primera parte de ida y vuelta en la que el Espanyol vio como el VAR invalidaba un gol de Puado por fuera de juego.
El Espanyol planteó la segunda parte como un ataque continuo que el Lugo, dando un paso atrás, le facilitó. Los pericos, con posesiones largas, lograban embotellar a los de Nafti en la frontal de su área, aunque faltaba clarividencia. Debutó Dimata, más dinamita para el ataque perico, y Appiah para dar alas al Lugo. El Espanyol lo empató a base de una jugada de fe de Puado que sirvió en bandeja a De Tomás para que empujase a gol. La dificultad se hizo casi insoportable para el Lugo cuando se quedó con diez por expulsión de Djaló, que con una amarilla se enganchó con Bare. El Espanyol pidió un penalti y estrelló un balón al palo, pero ya no hubo tiempo para más. El Lugo que sigue transitando por la zona tranquila mientras que el Espanyol ha perdido, al menos momentáneamente, la magia.