La Superliga asegura pagar de una tacada el Nuevo Bernabéu
El dosier publicado por The Times revela que los 15 clubes fundadores se aseguran de inicio 350M€ por cabeza más 233 "para reformas".
La publicación de The Times en exclusiva del dosier de 18 folios que sienta las bases de la SuperLiga pretendida por los principales clubes de la ECA, y que apoya decididamente Florentino, da las verdaderas claves del proyecto. Y una pista muy sólida del porqué del interés del presidente del Madrid, ya que, entre los 350 millones por cabeza que se aseguran los 15 clubes fundadores y los 3.500 millones que se reparten entre ellos (caben a 233) para infraestructuras, también de inicio, se puede afirmar que la entidad blanca se aseguraba unos ingresos inmediatos de 583 millones y que, por tanto, equivaldrían a pagar de una tacada la reforma del Bernabéu, para la que se pidió un crédito de 570 millones.
El esqueleto del proyecto de Superliga desvelado por The Times dibuja un intento de cerrar el fútbol de más alto nivel a los clubes más potentes. Madrid, Barcelona y Atlético son los equipos españoles que están involucrados en ese proyecto (los que estarían entre los 15 fundadores) contra el que se han acabado levantando en armas FIFA y UEFA e incluso la Comisión Europea. Pero para el Madrid, más que la subsistencia en estos tiempos de crisis, la Superliga significaba asegurarse (como para los otros 14 clubes fundadores), la supremacía en el fútbol europeo. Estos son los aspectos más destacados del proyecto desvelado.
350 millones para empezar a hablar:
Esa es la cantidad que se asegura, según el documento, cada uno de los 15 clubes fundadores entre los que habría seis clubes de Inglaterra, tres de España, tres de Italia, dos de Alemania y uno, el PSG, de Francia. Además de esos 15 clubes fijos, habría otras cinco plazas a las que se accedería por méritos deportivos. Estas últimas son las únicas que irían cambiando año tras año.
3.500 millones más para mejorar infraestructuras:
Desvela el documento que la entidad JP Morgan Chase, que también está relacionada con el crédito para la reforma del Bernabéu, está dispuesta a dar otros 3.500 millones de entrada, para impulsar el proyecto de la Superliga, a repartir entre los 15 clubes fijos (tocan a 233 millones cada uno), que serviría, para financiar "reformas en las instalaciones" o "restituir parte de los ingresos perdidos por la crisis del COVID".
Sistema de competición (más partidos):
La idea inicial planteada en el dosier es jugar entre semana y seguir participando en las Ligas nacionales. Para la Superliga se formarían dos grandes grupos de 10 equipos cada uno, para jugar en casa y fuera entre todos, y los cuatro primeros de cada grupo pasarían directamente a cuartos (a doble partido, como las semifinales); la final sería a un partido. Por tanto, se jugarían un total de 18 a 23 partidos (ahora, ganando la Champions, se juegan 13).
Más poder para los grandes:
La competición asegura unos ingresos por televisión mucho más elevados de los que ahora aporta la Champions, más aún para los 15 clubes fundadores que para los cinco que accederían por méritos deportivos, y además la Superliga daría derecho a esos 15 clubes a mostrar cuatro partidos al mundo a través de sus plataformas digitales propias (webs, televisiones, redes sociales…). Esto aumentaría más aún dichos ingresos.
La idea ha sido cortada en seco desde que The Times desveló el contenido de esos 18 folios que suponían una especie de acta de fundación, y comienza a hablarse ahora con más fuerza de ese proyecto de remodelación de la competición que la UEFA tenía proyectado para 2024.
Pero Florentino dejó clara la postura del Madrid en la última Asamblea del club, cuando dijo a sus compromisarios: "Sin todos estos cambios el fútbol no habría podido ser lo que es hoy (en referencia a la creación de la Copa de Europa, en la que el club blanco participó activamente), pero necesitamos un nuevo cambio. El fútbol tiene que hacer frente a este nuevo tiempo. Y así estará el Madrid buscando, como dice Infantino, la defensa de los aficionados. Los propios aficionados se encuentran con una saturación del calendario que lo hace todo muy difícil, incluso identificar la competición que se está jugando. Hay jugadores que se lesionan por esta saturación. La reforma del fútbol no puede esperar y hay que afrontarla. Tenemos la responsabilidad de luchar por este cambio. Las nuevas generaciones consumen más contenidos. Deben de mejorar la competitividad y la calidad". De momento, Infantino y la FIFA se han desmarcado de la idea, que parece enterrada.