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El Leganés no despedía a un entrenador desde 2012

Martí ha sido el primer entrenador cesado en Butarque desde Orúe, en febrero de 2012. Han pasado ocho técnicos por el Leganés en ese lapso de tiempo.

El Leganés no despedía a un entrenador desde 2012
JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

José Luis Martí ha sido el primer entrenador que el Leganés ha despedido desde febrero de 2012. Carlos Orúe, en febrero de aquel año, fue la última víctima de los malos resultados. Han pasado casi nueve años. Desde entonces, ocho técnicos han pasado por Butarque, pero ninguno acabó su vínculo con los pepineros previa rescisión de contrato. Martí ha sido el único al que el club ha cesado de sus funciones.

La última vez que sucedió, que el Lega echó al inquilino de su banquillo, fue en la temporada 2011-2012. Ese curso los pepineros jugaban en Segunda B y tuvieron cuatro capitanes al frente de una nave que casi termina hundida en Tercera.

Primero, fue Miguel Álvarez. Tras un mal arranque, acabó despedido. Lo suplió Orúe, al que también echaron. José María Rico cogió el testigo, pero no terminó la temporada porque renunció al cargo y retornó a sus funciones como coordinador de cantera a pocas jornadas para el final del campeonato. Víctor Fernández, ex del Villarreal o del Valladolid entre otros, delantero que había empezado la temporada de jugador, la concluyó como técnico de aquel proyecto al borde del abismo. De ese póquer de entrenadores sólo los dos primeros fueron despedidos: Álvarez y Orúe.

Desde entonces, el Leganés ha tenido ocho entrenadores. A saber (y en orden cronológico): Rico, Víctor, Pablo Alfaro (una temporada), Asier Garitano (cinco temporadas), Mauricio Pellegrino (temporada y media), Luis Cembranos (tres partidos), Javier Aguirre (media temporada) y José Luis Martí (media temporada).

El dato demuestra dos cosas. La primera, que la trayectoria reciente del Leganés ha sido positiva desde entonces, desde 2012, y que, por lo tanto, no ha sido necesario tomar medidas severas con ninguno de los anteriores inquilinos. Además, también pone de manifiesto que la paciencia con los entrenadores ha sido una de las claves del Leganés en la gestión de sus momentos complicados dentro de ese escenario de bienaventuranza.

Incluso el curso pasado, cuando el panorama se puso muy oscuro, el Leganés decidió confiar en Pellegrino. Fue el propio Flaco el que decidió poner final a su singladura en Butarque con una dimisión que, todo dicho sea de paso, sirvió para que las arcas blanquiazules se ahorrara tres millones de euros de indemnización, una de las razones por las que el club recelaba del despido.