Marcos Llorente está en todas
El centrocampista ha participado con goles o asistencias en los últimos partidos del Atlético. Su alianza con Trippier funcionaba y ahora busca conectar igual con Vrsaljko y Carrasco.
Marcos Llorente está siendo uno de los futbolistas de la Liga. Desde una u otra posición, adaptándose a lo que le manden, el 14 es indiscutible y determinante en los triunfos del equipo. En sus cuatro encuentros de 2021, todos ellos ganados, ha participado marcando un gol o asistiendo a un compañero. Valencia, Eibar, Sevilla y Alavés han sufrido la voracidad de Llorente.
En el partido del domingo, el madrileño demostró las notables cualidades que posee para jugar en la banda. Con una carrera veloz dejó atrás a sus marcadores, llegó hasta la línea de fondo con tiempo para esperar y mirar y puso un pase atrás para que Correa fusilara. Similar fue el balón que sirvió, dos jornadas atrás y también en el Metropolitano, para que Saúl marcase contra el Sevilla: galopó por el carril derecho, levantó la cabeza y metió un balón raso hacia la frontal.
Esas acciones se están convirtiendo en marca de la casa. Su arrancada se hace difícil de contener para los rivales y Trippier entiende muy bien a su compañero y sabe cómo, cuándo y dónde ponerle el balón cuando inicia un desmarque. A partir de ahí, llega hasta el final del campo y pone balones al área que han valido goles antes, como ocurrió ante el Bayern (João Félix). Ahora no está el inglés y Marcos trata de encontrar la misma complicidad con Vrsaljko.
Sin embargo, en los dos últimos partidos se ha visto que el croata no encuentra igual al madrileño. Llorente le intenta ayudar y le indica por dónde quiere la pelota, pero aún falta mucha fluidez. En Ipurua, Sime le dio 10 pases; ante el Valencia, aún más: nueve en la primera parte que jugó. Pero no lanzó a su compañero de la mejor manera. Carrasco, cuando pasó a la derecha tras el descanso, sí lo encontró con un buen pase raso al hueco, el origen del 3-1.
La asistencia en Eibar fue diferente. En realidad no fue del todo voluntaria, pero sí habilitó a Luis Suárez para que marcara. Llorente se lanzó a presionar a Sergio Álvarez, que estrelló el balón contra su pierna. El uruguayo corrió a por ese balón rebotado y cruzó ante Dmitrovic. No fue un servicio de extremo puro como los otros, sino una acción de centrocampista asfixiante y recuperador, la especialidad anteriormente conocida de Llorente.
Sus mejores números en ataque
Antes de estos tres mencionados pases, Llorente logró el primer gol rojiblanco del año. Fue un contragolpe ante el Alavés, iniciado por Suárez y culminado por el medio, que soltó un zurdazo desde la frontal que, tras pegar en Laguardia, se coló en la portería de su exequipo. Con un disparo similar con la izquierda, que también pegó en un zaguero, Marcos rozó el gol contra el Valencia.
Es decir, que el rojiblanco está en todas. Si no es corriendo más que nadie, es presionando con fiereza, y en cuanto se le presenta la ocasión, dispara. Todo sin descuidar sus labores defensivas en el medio. Es por eso que esta temporada lleva siete goles (seis en Liga y uno en Champions) y seis asistencias (cinco en Liga y una en Champions), cifras que le señalan como uno de los centrocampistas más peligrosos de la Liga.