El Mallorca liquida por la vía rápida
Los bermellones se pusieron 0-3 en los primeros veinte minutos, aprovechando los errores y la pájara locales. Advíncula recortó distancias, pero el Rayo cayó tras haber enlazado seis triunfos.
Cuando el Rayo se despertó iba perdiendo 0-3. Se frotaba los ojos pensando que se trataba de una pesadilla, pero era la realidad. La cruda realidad. Había sonado el despertador, pero se había quedado dormido y, mientras, el Mallorca ya se había puesto las botas. Los bermellones, que llegaban a Vallecas inmersos en una mala racha —cuatro partidos sin ganar—, aprovecharon los fallos locales para adelantarse y tiraron de efectividad para desactivar a unos franjirrojos que venían de seis triunfos consecutivos. Amath, Abdón y Salva Sevilla pusieron el 0-3 en apenas veinte minutos y los rayistas sólo pudieron recortar distancias con un trallazo de Advíncula. Los de Luis García siguen apretando por el liderato, mientras que los madrileños caen por primera vez en 2021 y la segunda de la temporada en su feudo.
El Mallorca salió como un ciclón cuando el Rayo aún ni se había desperezado. Los visitantes no estaban dispuestos a desperdiciar la ocasión y en la primera del encuentro asestaron un derechazo al mentón del rival. Un error franjirrojo en un saque de banda derivó en el 0-1. Amath cogió el esférico, hizo una pared con Abdón y fusiló a Dimitrievski. Pura efectividad de los unos y pájara total de los otros. Los locales buscaron la reacción, Pozo oteó a Álvaro y Fran Gámez, que acto seguido abandonó lesionado el terreno de juego, desvió su disparo.
No pintaban bien las cosas para los vallecanos. Dimi desbarató un tiro de Dani y Amath mandó a las nubes el rechace. Sin haberse recompuesto del susto llegó otro fallo en la salida del balón rayista y su enemigo no perdonó. El macedonio despejó el primer remate de Abdón, pero nada pudo hacer en la segunda intentona. Adentro. Los fanjirrojos no bajaron los brazos. Mario Suárez la tuvo por partida doble y nada. Agua. A los de Iraola les estaba costando sacudirse la presión y ser más certeros en sus llegadas. Y en menos de veinte minutos, otro mazazo. Salva Sevilla puso el 0-3 de falta directa, que sacó Dimi ya desde dentro.
Además de goles, hubo polémica. Prieto Iglesias no señaló penalti (tampoco el VAR) por un codazo de Oliván a Isi, que terminó con el pómulo muy hinchado y amoratado. Para más inri, los madrileños habían reclamado antes, en el 16’, otra pena máxima de Russo sobre Álvaro. El tiempo corría y el Rayo no quería compasión sino soluciones. Así es como Advíncula se sacó de la chistera un trallazo marca de la casa —similar a aquel contra el Albacete en el primer partido liguero posconfinamiento— y recortó distancias. Aún hubo tiempo para otros uyyy, en las botas de Oliván y Mario Suárez.
La franja salió con más determinación en la segunda mitad, aunque su posesión no se traducía en verticalidad y peligro real. Por contra, cada vez que el Mallorca asomaba por el área rival, se mascaba la tensión. Amath se guisó y se comió una jugada individual y su potente disparo chocó contra Dimi, que firmó un paradón. Mientras, Álvaro probaba a Reina, que detuvo en dos tiempos su zurdazo. El extremo vallecano fue quien más lo intentó, pero el encuentro se tornó tan plomizo como el cielo.
Este choque demostró que las apariencias engañan y las rachas no son de fiar... El Mallorca resultó ser un lobo con piel de cordero —especialmente feroz a domicilio, donde nunca ha perdido— y el Rayo tropezó en el peor momento y lugar, justo ahora que asoman dos pesos pesados: el Barça en Copa y el Espanyol en Liga.