Haaland no es suficiente
El noruego, con un doblete, no pudo con un gran Borussia Mönchengladbach capitaneado por Elvedi, con otros dos goles que les sitúa en puestos Champions.
Un doblete de Haaland no fue suficiente para poner en apuros a un Borussia Mönchengladbach en racha, que vuelve a colarse en la zona Champions de la Bundesliga. El conjunto dirigido por Rose, entrenador que ya comienza a sonar para el propio Borussia Dortmund, se impuso en un partido esquizofrénico por 4-2 a un BVB que suma su tercer partido liguero sin ganar. Mientras, el Gladbach duerme en zona Champions. Embolo volvió a jugar a pesar de fugarse, presuntamente, de la policía en lo que fue una noche fuera de control. Todos contentos.
Se esperaba un duelo de idas y venidas y así fue. Ambos conjuntos sacaron a pasear su poderío ofensivo, optaron por tirar de verticalidad en sus ataques y el choque en el Borussia Park no tardó en convertirse en un intercambio de golpes de lo más atractivo para el espectador, pero, a la vez, insultante para ambas defensas.
El VAR anuló un tanto de Neuhaus a los 40 segundos de partido, pero Elvedi no tardó en hacer justicia en el marcador tras un gran inicio del Gladbach. Haaland, inspirado tras dos partidos consecutivos sin mojar, puso las tablas en la primera ocasión de la que dispuso el cuadro borusser e, incluso, adelantó a las abejas al cuarto de hora en una tarde en la que una ventaja en el marcador no significaba nada. No hubo gris.
El duelo parecía un partido de Play y, una vez más, Elvedi empató el partido tras aprovecharse de un rechace de Bürki para volver a meter en el partido al Gladbach. Siguieron a lo suyo los de Rose y, a los cuatro minutos de la segunda mitad, una rosca de Bensebaini (que dejó en pañales a Brandt) volvió a adelantar a unos Fohlen que, poco a poco, se fueron adueñando del partido.
Plea pudo sentenciar en otro arrebato loco del Gladbach. Hummels casi empata. Nadie sabía lo que iba a ocurrir hasta que Rose optó por defender la ventaja. Entró Thuram en lo que fue su primera aparición después de su escupitajo contra Posch del Hoffenheim en diciembre y, cosas del destino, sentenció una victoria que le sirve al Gladbach para dormir en zona Champions. Y al Dortmund para entender que Haaland no es suficiente.