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LEGANÉS-SEVILLA

Aprobados y suspensos del Sevilla: Cuando Óliver encontró a Ocampos...

El primer gol en jugada de la temporada del ex del Olympique de Marsella sirve para pasar de ronda a un Sevilla que realizó un primer tiempo dantesco.

Sevilla
Óliver e Idrissi persiguen a Gaku.
JUAN AGUADODIARIO AS

Julen Lopetegui volvió a alinear un once en la Copa del Rey en el que se mezclaban titulares y menos habituales. Sorprendió que ninguno de los dos ex del Leganés con los que cuenta, Óscar y En Nesyri, partieran en el equipo inicial. Para suplir a Navas eligió a su recambio natural, Aleix Vidal, mientras que el lugar de Rakitic en el centro del campo fue ocupado por Óliver. Si los cuerpos de seguridad del estado necesitan que alguien confiese en un interrogatorio, que le pongan la primera mitad. Los cambios dieron otro aire al equipo en la segunda parte pero la clasificación se demoró hasta la prórroga.

Bono: Atento en el comienzo de la segunda parte de la prórroga para evitar el gol de Rubén Pardo desde el centro del campo. Bien con los pies.

Aleix Vidal: Sin estar mal, fue el primer partido en el que el mantra de que no pasa nada porque Jesús Navas descanse quedó en entredicho.

Sergi Gómez: Firme y sin conceder casi nada.

Diego Carlos: Providencial en varios cortes, debe dar gracias a la peculiar organización de un torneo que no usa el VAR hasta rondas posteriores porque es una cosa preciosa que se pueda jugar en campos de ligas de distrito. El caso es que el Wanda no es un estadio ridículo ni el Leganés un rival que no conocen ni en su pueblo.

Rekik: Es un dolor verlo con el balón en los pies. Claro que no es lateral, pero se supone que un futbolista de élite debe tener un mínimo. Ya no es que los rivales lo floten porque su peligro es nulo, es que sus compañeros ni se la echan.

Gudelj: Un mediocentro defensivo del Sevilla debe aportar algo más que guardar la posición y recuperar dos o tres balones. Por ejemplo, dar de vez en cuando un pase hacia adelante, a ser posible, a alguien vestido del mismo color.

Jordán: Cogió el mando de las operaciones en la sala de máquinas y su cambio, si no es por fatiga, no se entendió. Como sucedió ante el Atlético, desde su salida del campo desapareció el juego de ataque hasta la prórroga.

Óliver: Con más o menos acierto, no se escondió nunca y lo intentó siempre. La asistencia a Ocampos es el premio a su compromiso.

Munir: Encorsetado en la banda en la primera mitad, punzante en la segunda cuando tuvo libertad. Sin embargo, aún debe recuperar sensaciones, porque hizo algunos controles que generaron la duda de si el balón dejaba de ser redondo cuando le llegaban.

De Jong: Las peleó todas, bajó algunos balones... pero cometió algunos movimientos muy torpes que cargan de razón a sus detractores.

Idrissi: Sus cualidades ya se conocen, pero o sus compañeros lo entienden, o él entiende a sus compañeros. Algunos escarceos por su banda pero debe dar mucho más.

CAMBIOS

Acuña: Entró por Rekik y el Sevilla comenzó a jugar con lateral izquierdo y con once futbolistas. Listo y oportuno.

Óscar: Despistado perdiendo balones peligrosos, se fue entonando pero se le nota ansioso.

Suso: Lo hizo prácticamente todo con criterio. Sus minutos demuestran por qué juega casi siempre.

Ocampos: Su primer gol en jugada de la temporada no pudo llegar en mejor momento. Impuso su superioridad física desde el primer momento y estuvo lúcido en ataque.

Koundé: De central es bueno, de lateral derecho es bueno... ¡Pónganlo de mediocentro defensivo cuando tenga que descansar Fernando, por el amor de Dios!

Fernando: Desde el momento en el que en el descanso de la prórroga lo enfocó la realización televisiva poniéndose las espinilleras, el sevillismo respiró. No hizo ni una cosa mal. A ver si se le pega algo a algún compañero...