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BARCELONA

Messi condiciona a Koeman

El plan táctico de la final contra el Athletic depende del capitán, que viaja a Sevilla pero será duda hasta última hora. El crack fue la clave del 2-3 en San Mamés hace diez días.

Messi, el pasado miércoles en Córdoba.
Messi, el pasado miércoles en Córdoba.SalasEFE

Leo Messi se subirá esta mañana con el resto de la expedición del Barça al vuelo chárter AEA937 que despegará a las 11:00 horas rumbo a Sevilla, sede de la final de la Supercopa de España. El argentino, con problemas musculares en la parte posterior de la pierna izquierda, no se entrenó ayer y será duda hasta última hora para la final. Su presencia condiciona al máximo el plan táctico de Ronald Koeman para la final. Hace sólo diez días, Messi fue el factor desequilibrante en el partido ante el Athletic. Marcó dos goles, vio cómo se le anulaba otro, estrelló dos balones en los palos y tiró otro balón fuera por milímetros. Su juego entre líneas al lado de Pedri desdibujó el primer 4-4-2 de Marcelino, un maestro táctico que no concederá las mismas facilidades al Barça en La Cartuja.

Messi le ha marcado 26 goles en 38 partidos oficiales ante el Athletic y, sobre todo, ha resultado determinante en las finales a partido único. En 2009, hizo el 2-1 en la final de Valencia. En 2012, también participó en el título azulgrana en el Calderón. Finalmente, en 2015 firmó un gol inolvidable en la final del Camp Nou arrancando desde el centro del campo y luego sentenció la final con el tercero después de un centro de Daniel Alves.

Messi tiene a un paso su título número 35 y es difícil pensar que al menos no estará en la lista de convocados. Otra cosa es que juegue. La amenaza de una lesión muscular está latente y al Barça le espera un calendario duro. En LaLiga, partidos contra Elche, Athletic, Betis, Alavés, Cádiz y Sevilla. Y en la Champions, justo en un mes, el PSG en el Camp Nou. Y en mitad de esto la Copa, en la que empezará su camino en la vecina Cornellà. Koeman no está dispuesto a tomar riesgos con el seis veces Balón de Oro. Pero un título es un título...

Si Messi juega, Braithwaite caerá del once. Si el argentino decide esperar en el banquillo, jugará el danés. La otra duda en el once del Barça está en el lateral derecho. Dest está aparentemente recuperado de la lesión que sufrió en Granada, pero Mingueza firmó un buen partido en la semifinal y Koeman podría premiar el nivel de concentración que demostró. Si el resto de jugadores está recuperado del esfuerzo, repetirá en el equipo.

Antes de la segunda semifinal, la opinión generalizada sobre Messi es que arriesgaría si el rival en la final era el Madrid. Pero confirmado que el rival es el Athletic, el escenario es el mismo. El argentino está delante de su título número 35 como jugador del Barcelona y vive un momento de implicación absoluto con el vestuario. Está conectado y con ganas de jugar pero, sobre todo, con la ilusión de dar confianza al grupo. Si es necesario, arriesgando en el césped.