COPA | NAVALCARNERO 1 - LAS PALMAS 0
Nunca es tarde si Guerreiro es bueno
Entró en el minuto 89 y en el 90 le dio la victoria al Navalcarnero. Las Palmas pierde la opción de medirse la semana que viene a un equipo de Primera.
Nunca se sabrá qué hubiera pasado, pero sí se podría convenir que Las Palmas se dejó la clasificación copera cuando más accesible parecía tenerla. Dominaba al Navalcarnero sin mayores esfuerzos hasta que la expulsión de Fabio le cayó como una señal de vida al Navalcarnero, que esperó hasta el final para reventar los pronósticos y pasar de fase.
No es que sea un día como este el mejor para afrontar un partido de fútbol, lo que sin duda parecía atenazar a uno y otro equipo, reservón el Navalcarnero, a tirones Las Palmas. Consciente de su inferioridad, los jugadores locales cedieron a los visitantes, de manera descarada, el control del partido. Tocaba esperar una contra, alguna jugada aislada, buscando la sorpresa. El botín en caso de clasificación, enfrentarse a un rival de Primera División, parecía demasiado jugoso como para correr excesivos riesgos.
Sin embargo, la Unión Deportiva intentaba mover la pelota pero con excesiva lentitud, lo que ayudó a los muchachos de Ayllón en su meritorio trabajo defensivo. La primera ocasión del partido llegó en el minuto cuando Iemmello, del que aún se esperan noticias, desechó un cabezazo tras un buen centro de Aridai, tan activo como se le presupone a un futbolista que no termina de engancharse al equipo de Pepe Mel.
Más allá del acierto, es innegable el esfuerzo de Aridai por agradar sobre el césped a sus compañeros y entrenador, con la Copa como salvoconducto circunstancial de una decepcionante temporada. Precisamente, un fuerte disparo del extremo grancanario que anunciaba un golazo desde fuera del área no supuso el 0-1 de no ser por la preciosa estirada de un concentrado Díaz. El portero del Navalcarnero posibilitó en esa misma acción un córner botado por el propio Aridai que Coco, con la cabeza, a punto estuvo de aprovechar.
El partido se cocía a un fuego demasiado lento, tanto como para que el tedio marcara la pauta. En un momento dado, Díaz, que antes había salvado a su equipo, cometió una salida que pudo ser fatal, pues llegó demasiado tarde a un cabezazo de Iemmello que dejó solo a Clemente, que también con la testa mandó la pelota fuera cuando el gol parecía lo más sencillo.
A cuentagotas llegaban las ocasiones de Las Palmas, mas el Navalcarnero no se rendía. En cualquier caso, el partido se jugaba al ritmo que más le convenía. Incluso pudo adelantarse justo en el minuto 30, cuando Rodríguez remató en semifallo, sin apenas oposición, en el corazón del área rojiblanca grancanaria. El partido, condenado como estaba de momento al 0-0, llegó entonces sin goles al descanso.
De cara
Ni que fuera un regalo correspondiente al día más especial del año, al Navalcarnero se le puso el partido de cara gracias a Fabio. Una torpeza del mediocentro grancanario por otra entrada a destiempo trajo consigo su segunda tarjeta amarilla y, por consiguiente, la expulsión. Así, el equipo local tenía media hora por delante para desgastar a Las Palmas en su búsqueda de la siguiente fase copera.
La marcha de Fabio lo cambió todo, por lo que Mel se vio en a obligación de usar su artillería pesada, de ahí las entradas de Kirian, Espiau y, sobre todo, Rober, que se echó al equipo la espalda, de nuevo el más destacado de los suyos. En unos momentos de mucha más intensidad que acierto, acaso con el Navalcarnero llevando una iniciativa poco efectiva, el propio Espiau estuvo cerca de marcar un gol de bandera desde fuera del área, desde donde Maikel Mesa, muy activo toda la tarde, buscó un 0-1 que no llegó de no ser una nueva y certera intervención de Aitor Díaz.
Rondando el minuto 80, Del Moral recortó a Diéz en el pico derecho del área de Valles, pero su duro disparo se marchó fuera. Insistía el Navalcarnero, pero tampoco es que generara todo el peligro que le correspondía por su superioridad numérica.
Sin embargo, lo mejor se lo guardó el Navalcarnero para el final. Parecía el partido de nuevo condenado al 0-0 al final del tiempo reglamentario hasta que Carlarge se coló en las entrañas de Las Palmas para rozar un 1-0 que llegó un suspiro después cuando Guerreiro, que había entrado hacía apenas un minuto, rozando ahora el 90, cazó una volea dentro del área para perforar de manera impecable la portería de un atónito Valles.
El equipo madrileño se llevó así el regalo más deseado. Al final, cuando más toca celebrarlo. Mientras, Las Palmas se vuelve a Gran Canaria sumando la primera gran decepción del curso y con la sensación de que la brecha entre titulares y suplentes continúa abriéndose. Se impone la reflexión, siempre más intensa en tiempos de mercado de fichajes.