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COPA | SOCUÉLLAMOS 0-2 LEGANÉS

Bua y Miguel regalan por Reyes un pragmático pase copero al Leganés

El Leganés lució su versión más seria con goles que llegaron pronto, en el 7’ y el 9’. El Socuéllamos amagó sin pegar. Rober Ibáñez fue expulsado y el propio Miguel acabó lesionado.

Bua y Miguel regalan un pragmático pase copero al Leganés
@YugoUDSYugo Socuéllamos

El Leganés resolvió con oficinista eficacia el envenenado regalo de Reyes que amenazaba con ser su visita copera al Yugo Socuéllamos. Lucieron los blanquiazules imagen solvente que, para colmo de su satisfacción, cristalizó pronto en los goles que le dieron el pase. Kevin Bua en el 7’ y Miguel en el 9’ balancearon tan rápido el partido, que la insistencia encorajinada del digno enemigo manchego jamás albergó esperanzas para la épica. Sólo el balón al palo de Pepe Delgado (17’) cuajó en algo más que remates sin tino. El debut del canterano Cassio fue la otra buena noticia de un equipo pepinero que, en el lado opuesto, perdió al propio Miguel por lesión muscular y a Rober Ibáñez por una rigurosa expulsión directa.

Es el estadio Paquito Giménez donde se disputó el duelo un recinto encajonado en medio de una localidad manchega humilde y currante. Trinchera para alimentar gestas ante la que el Leganés se mimetizó. Sacaron los madrileños un pragmatismo excelso que, apenas arrancado el partido, le permitió encarrilar la eliminatoria. Lo hizo con dos zarpazos de fútbol práctico en un campo de césped artificial y dimensiones reducidas. Florituras, las justas.

El primero de esos golpes llegó obra de Kevin Bua, que en un balón al espacio se quedó solo delante del búlgaro Viktor tras un magnífico control de pecho y lo batió con la zurda (su pierna menos buena) como si de un entreno se tratase. El partido apenas había iniciado (7’) y el Lega ya lucía pegada. Ni festejó el tanto el hispano-suizo que, con todo, se estrenaba como pepinero.

Lo propio hizo Miguel en el 0-2. El gol del pucelano cuajó dos minutos después y fue también al espacio, aunque en su caso, con reminiscencias de nueve puro en carrera. Asediado por Ramón, central del Yugo, su latigazo seco se elevó potente y, tras golpear en el larguero, se metió en la meta. Gol. Golazo.

Tragedia y orgullo manchego

La doble inyección de tranquilidad visitante no evitó el arreón orgulloso del Socuéllamos al que la tragedia golpeó en forma de lesión. Abel Suárez, ex del Lega, integrante del ascenso del 2014, se fue tocado por un problema muscular. Paradoja dolorosa.

Aún así ejerció el anfitrión durante la primera parte de mosquito en una noche de verano. Muy zumbón, pero de picadura leve. Claro que en algún momento amenazó con aguijonazos serios. En el 17’ Pepe Delgado se aprovechó de la porosidad en la zaga forastera y mandó un balón al palo que escarbó un ‘uy’ ahogado en frío entre los miembros de la expedición manchega, únicos habitantes de las gradas despobladas junto con el staff pepinero.

Hubo más ocasiones (muchas las acaparó Kike) sin que al Leganés le agobiara la posesión local de ese objeto polimórfico que fue la pelota. A veces botaba cual conejo. La mayoría volaba transformada en águila. Así, por arriba, jugó más el Lega con una eficacia quirúrgica que casi le regala el 0-3 cuando Juan Muñoz forzó el paradón de Viktor en un cabezazo servido por el espídico Ojeda.

Cambios, burbujas, lesión y roja

El canario no siguió tras la reanudación suplido por Avilés, otro de esos jugadores que, en la saturada plantilla blanquiazul, reclama oportunidades día sí, día también. A Ojeda lo siguió Miguel fruto de una lesión que lo apartó del verde en el 48’. Sufrió también su inyección de infortunio el pez grande.

Y mientras el Socuéllamos a lo suyo, a ejercer de pegajoso candidato revolucionario en una remontada que nunca amagó con ser. La efervescencia de los manchegos siempre moría cerca de los límites del veterano Riesgo, uno de los titulares en la agitada alineación de Martí. El mallorquín desplegó el mismo once que en la anterior ronda con el único cambio del canterano Rubio por Rosales. Los meritorios respondieron con seriedad interpretando con exquisita profesionalidad un duelo de esos tintados de peligro especialmente para el entrenador del Leganés, al que la presión se le habría multiplicado en caso de haber caído tras la última mala racha blanquiazul en Liga.

La rigurosa expulsión de Rober Ibáñez en el 90’ por un codazo fue la única nota realmente negra para los blanquiazules. Curioso: la roja se la mostró Sagués Oscoz, el mismo árbitro que hace apenas unas semanas también lo expulsó de forma rigurosa ante el Mallorca.